EN TORNO A LA POESÍA DE ELIANA ONETTI Y SU LIBRO EN CLAVE DE…MUJER
Tal parece que en este tiempo
de admirables avances tecnológicos con la consiguiente avalancha de
industrialización y
mecanización como un corolario, no quedara espacio para los quehaceres y las
emociones altruistas del corazón y del espíritu, ni para la poesía con su regia
ofrenda de ensoñación , remembranzas, e ideales nobles. Pero sí, sí queda
espacio mientras en los pueblos repique el tañido de campanas en la voz de sus
poetas.
Desde su sugestivo título EN CLAVE DE…MUJER, el poemario de Eliana Onetti, sin ser críptico como podría sugerir su título, es realmente una carta abierta, y despierta interés desde el comienzo; así nos vamos sumergiendo en su contenido cautivante, en tal forma que no podemos sustraernos de él hasta el final; pero basta con leer los primeros versos, para darnos cuenta que estamos frente a una excelsa poeta de cuyo estro brotan espontáneamente, como de un hontanar, sus poemas en los que juega con ritmo, rima y métrica en los bellísimos y bien escandidos sonetos de corte muy clásico; sin embargo es palmario que su inquietud se desborda como un torrente con exquisitos ritmo y emoción en el verso libre y cadencioso, fluido y elevado, que trasciende niveles superiores y se hace universal.
A través de su libro podemos seguir el rumbo por donde su vida clara y luminosa ha transitado. Su verbo claro, rotundo y sereno conlleva un mensaje medular de sensibilidad femenina, de mujer que ha sabido subir los peldaños sin mirar atrás; sólo a la estrella de sus ansias de humanista y del ser superior que anida en su humanidad, lo cual se transparenta desde su primer poema MUJER en donde nos lleva por las sendas que una mujer como tal, recorre a través de su andadura desde su pubertad cuando dice:
“Perfuma abril de amores sibaritas
las púberes turgencias de su carne
que se abre en rosa verde, rosa limpia
con dulce excitación que escandaliza el aire…”
Más adelante, cuando la presenta con todos los encantos sensuales de la mujer en plena floración así:
“En junio cuando el ritmo de su carne virgen
acelere los pulsos y aprese las impúdicas miradas…
adoradores lúbricos le ofrecerán altares.”
Luego cuando la muestra como la mujer-madre expresando:
“…perdiéndose en la suma suavidad de una cuna,
panal y luna, sendero de claveles.”
Por último cuando la describe en su invierno-vejez con el sereno acopio de sus experiencias y remembranzas así:
“Y en diciembre, plata y diamante,
mil y una evocaciones deletéreas siembran su anhelo
de orquídeas desvaídas.
Como bagaje, los surcos indelebles, fe de vida,
hincados en su rostro. Hundidos en su carne.”
A decir verdad, este su primer poema, por sí sólo, le haría justicia y podría hablar por todo su libro; por su profundo contenido, por la belleza de los simbolismos y por el realismo en donde se perfila el destino rosa-espina de la mujer.
La poesía de Eliana Onetti no sólo tiene calidad literaria y dominio de la técnica, sino que es dentro de su gran humanismo, un grito existencial doliente, pero no de derrota, sino por el contrario, de lucha airosa por el triunfo. Sus poemas son a veces descarnadamente realistas pero escritos eufemísticamente con palabra acariciadora y tierna con una sinceridad en donde reposa el dolor soterrado de las flaquezas humanas como en CONFESIÓN (pág. 55), donde ella humildemente obsecrante abre su corazón al Señor y dice:
”…que ya no puedo más, que ya no puedo
amar cual tú me impones, porque a ésos
que prójimos no son, les tengo miedo!”
Onetti es sencilla en la expresión y profunda en el sentir espiritualmente elevado, lo cual observamos tras de sus poemas de mensaje filosófico como LA HORA (pág. 58), :
“Es la hora crucial, la verdadera,
la que desnuda sin piedad el alma,
la que desenmascara la quimera,
la que, con cruda realidad, desarma,”
Y continúa más adelante así:
“ Es cuando hay que beber en copa rota,
con sólo los errores por amigos,
el hámago infeliz de la derrota.”
Sus versos bruñidos en el dolor del exilio, afloran con la integridad, la tesitura, la libertad y la reciedumbre de tenaz porfía femenina, que en ella viven; con ese residuo persistente, doliente que duerme soterrado y latente en el corazón y en el alma de los cubanos de la diáspora. Así, ese quebranto se transparenta en su precioso poema PROMESA (pág. 56) cuando escribe:
“Vamos juntos, compañero de destierro,
compartiendo nuestras penas y alegrías.
Cuantas veces tropezamos y caemos,
restañamos mutuamente las heridas.”
En sus poemas siempre armoniosos, se adivina un estoicismo doliente en balance de perfecta ecuación con una pujanza ejemplar en la que ella acepta sin amargura y con sublime orgullo y altura en su destino de mujer, las espinas percucientes e inmanentes del rosal, pero guardando airosa las fragancias de la rosa en el pebetero de su vida luminosa, para esparcirlas por doquier con la junciera de su palabra mágica que va marcando una estela esplendorosa en el parnaso no sólo de la madre patria en donde ella se encuentra afincada por más de 4 lustros, sino también de sus coterráneos, y de todos los que estamos amalgamados por la lengua española heredada de nuestro antepasados.
No quiero cerrar este comentario sin antes relatar para las comunes inquietudes de mis hermanos en la poesía, cómo conocí a esta insigne poeta. Ocurrió cuando leí en la Gaceta Lírica (Vol. XIV, 1996) de la Academia Poética de Miami (que dirigió exitosamente el preclaro poeta cubano Francisco Henríquez- y de la cual he sido asidua colaboradora-), el poema MATERNIDAD de su autoría. Me impresionó el simbolismo y su tierno contenido de mensaje psicológico. Entonces llamé a mi amigo Henríquez y le rogué darme la dirección de Onetti. Él, gentilmente, nos puso en comunicación. Luego seguí con gran interés la trayectoria de la GACETA DE ARROYOMOLINOS de la que ella muy acertadamente fue Jefe de Redacción por varios años. Actualmente, con verdadera maestría y lujo profesional, preside la Asociación Literaria Calíope, de Madrid, España, cuya página Web es ya internacionalmente conocida por su ferviente labor en pro de nuestra cultura.
Por último, quiero invitar a todos los bardos a que hagamos una realidad del sueño altruista y noble de Betanzos Palacios quien con respecto a la esencia y misión de la poesía se expresa así en un llamado motivante, esperanzado y dinámico: “Estoy seguro que si todos los poetas de la tierra se lo proponen como misión redentora, lograremos su desarrollo y reinado en la tierra. Es hora de los grandes compromisos.”
Albricias para Eliana Onetti, quien tocada por Dios con su palabra poética, contribuye a esta causa, enarbolando muy en alto nuestra bandera de hispanohablantes con su maravilloso poemario EN CLAVE DE…MUJER!