PLASENCIA EN LA RUTA DE LA PLATA
Plasencia está situada en la Ruta de la Plata, trazada entre montañas, valles y
llanuras, que unen el norte y sur de España, donde floreció una cultura urbana
bajo la mítica monarquía de los Tartessos, a finales de la Edad de Bronce.
Sabemos que los romanos que invadieron la Península en el 218 a.C., dieron gran
importancia a las calzadas para abarcar de este modo la totalidad del territorio
con extensión de 29.000 kilómetros de vías principales y secundarías, siendo la
RUTA DE LA PLATA, una de las más importantes.
Plasencia fue fundada por el rey castellano Alfonso VIII en 1186. El escudo de
la ciudad nos muestra un castillo en su centro con un castaño a la derecha y un
pino a su izquierda, ambos con sus raíces al descubierto. Su divisa es: “Para
que agrade a Dios y a los hombres.”
Esta ciudad fue concebida en sus orígenes como fortaleza, pudiendo observarse en
su casco antiguo un pronunciado carácter militar. Su muralla fue construida en
el año 1198. Constaba de 70 torres y 8 puertas. Esta ciudad fue realengo hasta
el año 1442 fecha en la que pasó a manos de Pedro de Zúñiga por concesión del
Rey Juan II con el título de condado hasta el año 1488 en que pasó a los Reyes
Católicos.
A finales del siglo XV, Plasencia estuvo habitada por duques, condes y marqueses
de la nobleza extremeña quienes dejaron en este lugar un gran legado
histórico-artístico, del cual aún se conserva gran parte.
Podemos apreciar algunas casas señoriales y palacios, así como catedrales y
monumentos, parques y museos, algunos de los cuales trataré de describir a
continuación.
Existen dos catedrales: la Catedral Vieja y la Catedral Nueva.
LA CATEDRAL VIEJA
Construida entre los siglos XIII y XIV. Es una transición del románico al
gótico. Los fustes y capiteles pertenecen al románico y al gótico sus arcos y
ventanales. Tiene tres naves, las cuales estuvieron cubiertas por una capa de
cal, cosa que se hacía para impedir la propagación de las epidemias en el siglo
XVIII. Al quitarse esta capa de cal se pudo admirar la belleza de este solemne
templo.
Ramondo, Diego Díaz, Juan Francés y Juan Pérez estacan entre sus artífices.
Tiene tres naves en su interior y cuatro tramos con bóveda de crucería que
empezó a ser construido en el siglo XIII por Gil de Cistar- En la nave central
vemos una talla de la Virgen Niña y en las naves laterales están la Virgen de
los Dolores a la derecha, y a la izquierda a Cristo Crucificado.
La portada principal y exterior es un ejemplo depurado del románico, con arco de
medio punto y seis arquivoltas descansando sobre columnas románicas y capiteles
con formas zoomórficas y vegetales. Las jambas terminan en punta de diamante y
encima del arco, en una pequeña hornacina, hay un grupo escultórico, de la
Anunciación de Nuestra Señora, tallado en piedra que observamos también sobre el
magnífico rosetón con un ángel orante ante ella.
El Claustro es de estilo y época de la catedral antigua, es decir, tiene
reminiscencias del románico en sus columnas y capiteles, con escenas bíblicas y
gótico en los arcos y bóvedas de crucería. Es un claustro rectangular de
inspiración cisterciense, que une ambas catedrales.
Desde el claustro accedemos a la capilla de San Pablo, antigua sala capitular de
la Catedral y conocida como “la torre del Melón” por culminar en su exterior con
una bola gallonada, remate parecido a un melón abierto.
La parte exterior está recubierta de escamas de cantería, inspiración bizantina.
El interior es de forma cuadrada con cúpula octogonal.
En el centro del claustro observamos una fuente gótica del siglo XV con armas
del Obispo y Cardenal D. Juan de Carvajal.
LA CATEDRAL NUEVA.
Comenzó a construirse a finales del siglo XV. Es un hermoso monumento del siglo
XVI con matices platerescos.
Enrique Egas, Juan de Alava, Francisco de colonia, Covarrubias, Diego de Siloé y
Gil de Ontañón, considerados como los mejores arquitectos de la época,
trabajaron en ella.
Impresiona el interior de este templo por sus columnas que parten del suelo como
nervios, abriéndose en las bóvedas como grandes palmeras, formando de esta
manera una maraña de estrellas y nervios entrecruzados.
Tiene tres naves. En la principal se alza un hermoso retablo de estilo
neoclásico que contiene esculturas de Gregorio Fernández y grandes pinturas de
Francisco Ricci, Luis Fernández y Matheo Gallardo.
La sillería del coro es de Rodrigo Alemán, de estilo gótico flamígero, tallada
en madera de nogal y representan temas bíblicos, profanos unas veces irónicos y
otras profanos, rayando a veces en lo obsceno.
PALACIOS Y CASAS SEÑORIALES
Me sorprendió mucho la cantidad y variedad de edificios palaciegos y casas
señoriales en esta ciudad.
Presidiendo la Plaza Mayor encontramos el Palacio Municipal. Es una edificación
del siglo XVI de estilo de transición del gótico al renacimiento. Tiene una
doble arcada renacentista en su fachada con escudo de Carlos V en su costado de
la izquierda. Es curioso observar al personaje más famoso de la ciudad, El
Abuelo Mayorga sobre la torre-campanario del edificio.
Tenemos también el Palacio Episcopal, que es una construcción del siglo XVIII
realizada sobre la obra primitiva del siglo XV. Tiene una gran portada
renacentista. La parte trasera del palacio, sobre la muralla, es un ejemplo de
estilo colonial español.
El Palacio de Almaraz también denominado de los Grijalvas, es un edificio de
finales del siglo XVIII con fachada herreriana.
Está también el Palacio del Marqués de Mirabel, de estilo renacentista con
partes góticas en su sector más antiguo. Está unido a la iglesia y convento de
San Vicente Ferrer y tiene un jardín colgante, decorado con columnas y
escultoras romanas procedentes algunas de ellas de Cáparra y Mérida.
Este es sin duda el palacio por excelencia de Plasencia.
La mansión señorial más antigua de la ciudad de Plasencia es el Palacio de
Monroy o Casa de las Dos Torres. Fue construida por el Abad de Santander, Pérez
de Monroy a comienzos del siglo XIV. En una de las torres podemos ver el escudo
nobiliario de los Carvajales. Su portada es del gótico primario.
Entre las casas señoriales tenemos la Casa del Deán del siglo XVII. Tiene un
gran balcón en ángulo de estilo neoclásico y orden corintio, coronado por el
monumental escudo de D. Antonio Panigua de Loaisa, compuesto de rosas y flor de
lis.
La Casa del Doctor Trujillo es un palacete gótico cuya torre contiene ventanas
trilobuladas, conopiales y una fachada con esbelta galería de aros escarzanos y
ventanas coloniales.
La casa de los Trejos-Barrantes es una edificación del siglo XVI con portada y
escudo de la estirpe.
La Casa de las Argollas o de Juana la Beltraneja con su esbelto torreón que en
su parte superior, en sus ángulos tiene dos grandes escudos nobiliarios
sostenidos por sendos leones. También de la Beltraneja porque desde ella salió
el cortejo de Juana la Beltraneja para casarse con el Rey portugués Alfonso V.
en 1475.
No podemos dejar de mencionar la Casa de los Carvajales-Girón, de estilo
renacentista, su fachada principal tiene balcones de hierro forjado y cincelado.
El almohadillado de piedra de la ornamentación acusa estilización florentina. Su
construcción data del siglo XVI
De la muralla quedan restos de finales del siglo XIII con doble recinto y
numerosas torres entre las que destaca la Torre Lucía. Se conservan algunas de
sus puertas como la del Sol, de Coria, Puerta Nueva o Postigo de Santa María,
Puerta de Berrozanas, que es una de las puertas de entrada a la ciudad que se
mantiene en buen estado. Conserva un escudo de los Reyes Católicos tallada en
piedra y la imagen de San Miguel.
Plasencia cuenta con hermosos parques como el de Los Pinos en la parte norte de
la ciudad, con un lago y una pérgola donde hay una casa típica extremeña y un
castillo que sirve de refugio a los patos que alberga el parque., además de
animales diversos.
El Parque de la Isla formado por el río Jerte que al pasar por Plasencia se
bifurca en dos brazos que se vuelve a unir poco después, dejando en su interior
una extensión de terreno con árboles que nos brindan una belleza natural
maravillosa.
Nuestro paso por Plasencia nos resultó corto y nos prometimos volver para
saborear mejor lo que habíamos visto, y ver lo que nos faltó por conocer.
Tuvimos un sabroso almuerzo típico del lugar compuesto por migas, cochifrito,
pudding de frutas, acompañado todo con vino de pitarra.
Mª Manuela Septién