ISABEL I

 

  

Tres son los hechos más importantes acaecidos durante el reinado de Isabel  la Católica (1474-1504) durante la segunda mitad del siglo XV: La implantación del Tribunal del Santo Oficio (Inquisición) en el año 1478, que perseguía a los cristianos nuevos que volvían a sus antiguas creencias después de la expulsión de los judíos y mudéjares granadinos, la expulsión de los judíos de la península en el año 1492, y el descubrimiento de América igualmente en 1492.

Es de destacar que también en este período se inició el Renacimiento que fue abriéndose paso en la tradición gótica.

Este año estamos conmemorando el V Centenario de la muerte de la reina Isabel acaecida en Medina del Campo el 26 de noviembre de 1504, así que haremos un breve recorrido por la historia y los lugares que fueron testigos de la presencia de esta reina que consiguió la unidad peninsular, el fin de la Reconquista, el inicio del Renacimiento y el descubrimiento de América.

Isabel nació en Madrigal de las Altas Torres (Avila) el 22 de abril de 1451. Hija de Juan II y de Isabel de Portugal. Se casó con Fernando hijo de Juan II de Aragón y de Juana Enríquez.

Hay una historia muy bonita entre Isabel y Fernando, pues el hermanastro de ella Enrique IV, se oponía a estos amores y pretendía casarla con otro pretendiente que no fuera Fernando, quien era primo de Isabel.

Fernando había heredado el trono de Sicilia a la muerte de su hermano Carlos en 1468. Estando en Sicilia fue conocedor de las intenciones de Enrique IV de casar a Isabel, así que decidió entrar de incógnito en España con suma cautela y muchas precauciones, y tras conseguir una dispensa papal, logró casarse con ella el 19 de octubre de 1459 en Valladolid.

A la muerte de su padre Juan II en 1479, recibe la corona  de Aragón; de modo que de su unión con Isabel nace la dinastía de Aragón y Castilla.

A la muerte de Enrique IV, Isabel se proclama reina, pues había un conflicto entre ella y Juana, de quien se decía que no era hija del rey, sino de D. Beltrán de la Cueva, motivo por el cual era llamada La Beltraneja.

El conflicto siguió después de la coronación, ya que Alfonso V de Portugal y esposo de Juana lanzó una ofensiva en apoyo de ésta. En las batallas de Toro y Albuera se disputó el derecho a la corona de Castilla. Isabel salió vencedora y fue reconocida reina por las Cortes de Madrigal.

Comienza el reinado conjunto de Aragón y Castilla y siguiendo los acuerdos firmados en 1475 en la concordia de Segovia, ambos monarcas mantenían su igualdad en lo tocante a Justicia, moneda y expedición de privilegios, pero reservaba a Isabel la fidelidad de los tenedores de Castillos y las cuestiones de Hacienda. El primer objetivo de los monarcas fue el de restablecer la autoridad real, sirviéndose de una poderosa organización: la Santa Hermandad, que era una especie de policía judicial que perseguía a los perturbadores del orden. Se constituyó el Consejo Real que sustituía a las Cortes y nombraron corregidores para controlar las ciudades. De este modo quedaba controlada la política del reino.

El segundo objetivo fue la reconquista del reino nazarí de Granada, lo cual consiguieron en 1492. Una vez conseguida la paz interior y la buena organización del reino, las arcas reales se llenaron permitiendo esto acometer nuevas empresas, como fue el apoyo que brindó la reina a Cristóbal Colón, almirante genovés, en su viaje en 1492 que dio como resultado el descubrimiento de América, descartándose así la idea de que la reina había vendido sus joyas para sufragar estos gastos, pues el reino de Castilla tenía suficiente poder económico para hacerlo.

Las tragedias familiares resintieron la salud de la reina y regresa a Medina del Campo, donde había pasado largos períodos disfrutando con sus ferias. La señora de Medina y Reina de Castilla dicta su testamento en el Palacio Real sito en la Plaza Mayor donde muere el 26 de noviembre de 1504 a los cincuenta y tres años de edad.

 

Breve recorrido por Madrigal de las Altas Torres, Medina del Campo y Valladolid

 

Las murallas de Madrigal se encuentran entre las mejor conservadas de toda España. Son de origen islámico y se reforman en el siglo XIII, ampliando sus elementos defensivos con adarves, almenas, puertas y fosos.

La iglesia de Santa María del Castillo es una de las más antiguas del románico-mudéjar. La iglesia de San Nicolás de Bari, se reformó en los siglos XVI y XVII y es conocida ante todo por conservar la pila donde recibió el bautismo Isabel la Católica. Existe aún el palacio de Juan II, casa natal de la reina, que después sería transformado en el Real Monasterio de Nuestra Señora de Gracia. Aquí se muestra la riqueza y pluralidad de estilos artísticos que configuraron la vida palaciega de la Castilla de finales del siglo XV. Telas y tapices de gusto mudéjar, nazarí y gótico-flamenco, puertas   mudéjares y renacentistas son el rasgo más característico de una riqueza artística excepcional. El lugar donde nació la reina está precedido de objetos habituales en la decoración doméstica del período. Vemos uno de los escasos retratos de Isabel de Castilla, anónimo flamenco.

Fuera de la villa merecen una visita los restos del convento de los Agustinos, de estilo herreriano, entre cuyos muros falleció uno de los más grandes poetas de la lengua castellana: fray Luis de León.

 

En Medina del Campo podemos visitar el Palacio Real Testamentario, lugar en el que vivió, testó y murió la Reina Isabel la Católica. Ha sido declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Histórico.

El Castillo de la Mota: Su construcción se realizó en distintas etapas. En la segunda mitad del s. XV. Bajo los reinados de Enrique IV y los Reyes Católicos, se construyen la Torre del Homenaje y la barrera exterior escarpada con torretas cilíndricas.

Reales Carnicerías.- En 1500 los Reyes Católicos autorizan su construcción aunque es durante el reinado de Felipe II cuando comienza la misma. Fue construido para abastecer de carne a la población de Medina del Campo, manteniendo en la actualidad una función similar como mercado de Abastos.

Iglesia “Colegiata” de San Antolín, s. XVI – Gótico-Mudéjar. Tiene en su interior un grandioso retablo plateresco. Fueron los Reyes Católicos quienes solicitaron y consiguieron del Papa Sixto IV la bula correspondiente que la elevó a Colegiata, rango que perdió a mediados del siglo XIX.

Iglesia de San Martín s. XVI, actualmente sede del Museo de las Ferias. En este museo se exponen piezas artísticas, históricas y documentales relacionadas con las ferias de Medina del Campo, y por consiguiente, con los s. XV y XVI.

  

Valladolid – En el Monasterio de Nuestra Señora de Prado, lugar de estancia y retiro de la reina, está instalada la exposición que reúne varias piezas artísticas que nos muestran el esplendor artístico de la corte isabelina con sus colecciones de cuadros, libros miniados y lujosos tapices. El arte cortesano, que ocupa la nave central, se rodea de piezas excepcionales patrocinadas por las grandes familias de la nobleza. El Gótico es el lenguaje predominante en su última y esplendorosa fase, donde podemos admirar obras de Juan Guas, Juan de Flandes o Gil de Siloe. Lo hispano musulmán tiene su presencia en esta exposición. Un pequeño museo con objetos taínos y una reproducción del Testamento de la reina Isabel de Castilla, abierto por la página en la que expresa su concepción evangelizadora y liberadora de los hombres de las nuevas tierras, en una idea renacentista cuya modernidad admiramos todavía hoy.

Podemos concluir diciendo que la época del reinado de los Reyes Católicos, que ocupó toda la segunda mitad del siglo XV y los primeros años del siglo XVI, sentaron las bases de lo que se denominaría Monarquía Católica, una de las épocas más brillantes de la historia de España.

 

Ma. Manuela Septién

 

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