Con nuestro buen amigo René León, editor de "Nuevas Páginas", "Círculo Poético", "Minerva" y "Pensamiento"; él mismo ensayista, historiador y bibliógrafo, comienza una cooperación sui generis que no dudamos será del agrado de nuestros visitantes así como enriquecedor para todos.
LOS FUSILAMIENTOS EN CUBA EN
TIEMPO DE LA COLONIA
Segunda Parte
Como dije en la primera parte, en el tiempo de la colonia, el
FUSILAMIENTO, fue una cosa normal por parte de las autoridades, ellos estimaban
que era una forma de asustar a los cubanos para que no lucharan contra el
colonialismo español. Otros de los castigos, fueron los maltratos y las
deportaciones a las prisiones de África.
Hay que recordar el fusilamiento del poeta Juan Clemente
Zenea, fusilado por los españoles, en el castillo de la Cabaña, el 25 de agosto
de 1871. Y muchos más pagarían con su vida. La Expedición del vapor “Fannie” que
traía hombres y armas para los revolucionarios cubanos, fue apresada en el
Departamento Oriental, en julio de 1872. El coronel Valera, que apresó a los
expedicionarios pasó por las armas a 29 prisioneros , entre ellos al práctico
capitán Ángel Torres, a Manuel Oliva, a dos tenientes, y el secretario de Julio
Peralta. Se reportó que tenían cercado a 22 prisioneros, que se esperaba que
pronto caerían en poder de los españoles. El coronel Valera capturó numerosa
correspondencia a los revolucionarios. El cargamento del vapor “Fannie”
(filibustero), fue traído a Santiago de Cuba, el que los expedicionarios habían
enterrado.
En toda Cuba se vivía con temor. Los voluntarios por
cualquier motivo realizaban ataques contra los cubanos, hombres o mujeres, para
ellos era indiferente. En Manzanillo hubo un caso, donde un capitán de
infantería en estado de embriaguez, mandó a fusilar y luego a machetear a doce
civiles, sin motivo alguno.
Pero un caso de verdadera injusticia fue el del Fusilamiento
de los Estudiantes de Medicina, todo por un incidente en Cayo Hueso, donde muere
en duelo Gonzalo de Castañón, a manos de Mario Orozco, el 31 de enero de 1870.
Su cadáver fue llevado a La Habana y los voluntarios provocaron incidentes
callejeros atacando a los de origen cubano, muriendo siete cubanos y un
norteamericano.
El 23 de noviembre de 1871 un grupo de estudiantes de la
escuela de medicina del primer año, asistían a las clases del primer año que se
efectuaban en el anfiteatro anatómico, conocido por San Dionisio. Al ver un
carro de mulas donde se transportaban los cadáveres, se pusieron a dar vuelta en
el, que se encontraba en el antiguo Cementerio de Espada. Fueron acusados por un
vil hombre don Vicente Cobas, que diría que los estudiantes habían rayado el
cristal del nicho de don Gonzalo Castañón. La cobardía del catedrático don Pablo
Valencia que se prestó a todo el rejuego de las autoridades españolas y la
cobardía del gobernador Político Dionisio López Roberts, hombre sin escrúpulos,
que pensaba sacar beneficio de la libertad de los presos, pidiendo dinero a las
familias. El único que los defendió fue el catedrático don Manuel Sánchez
Bustamante, que negó que los estudiantes habían profanado la tumba. El otro lo
fue el capitán Federico Capdevila, que los defendió honestamente, sin manchar su
reputación.
A la una de la tarde del 27 de noviembre de 1871, el capitán
don José Gener, abrió uno de los balcones del edificio del Gobierno Político de
la Plaza de Armas, y en medio del silencio, leyó la sentencia: Fueron condenados
a la pena de ser pasados por las Armas: don Alonso Álvarez de la Gamba, don José
de Marcos y Medina, don Carlos Augusto de la Torre, don Eladio González y
Toledo, don Pascual Rodríguez y Pérez, don Anacleto Bermúdez, don Angel Laborde
y don Carlos Verdugo. El resto de los involucrados fueron condenados a años de
prisión. Aquellos jóvenes estudiantes fueron fusilados por el único delito de
ser cubanos.
Al pasar los años gracias a las investigaciones de Fermín
Valdés, se pudo conocer el lugar donde fueron enterrados. Al ser encontrados, se
hizo una colecta entre los cubanos por suscripción pública, para levantar un
mausoleo, y sus restos trasladados el 27 de noviembre de 1889. En el congreso
del Círculo de Cultura Panamericano de 26 de abril de 1998, leí. “Hechos
desconocidos Sobre los Estudiantes de Medicina Fusilados el 27 de noviembre de
1871”, donde aparece no sólo la descripción, sino también errores con respecto a
sus nombres, en las diferentes placas donde se les honra y las fechas de
nacimiento. Que aparece en Charlas sobre Cuba en tiempo de la Colonia
(1868-1898)
Otro de los grandes crímenes de los esbirros de la colonia
española y que hoy en día los familiares quieren limpiar sus nombres, con datos
falsos, como en el caso del gobernador de Santiago de Cuba, Juan N. Burriel y
Lynch, por los fusilamienstos del “Virginius”, apresado en aguas de Inglaterra,
pues Jamaica era parte del Imperio Inglés.
Es verdad que el “Virginius” usaba la bandera de Estados
Unidos en alta mar, estaba registrado en el país. Fue utilizado por la Junta en
dos viajes con éxito, pero en el tercero, la mala suerte y el abandono en que se
encontraba el vapor, exceso de armas y hombres, fue presa fácil del vapor de
guerra español “Tornado”. Llevado a Santiago de Cuba, Burriel no perdió tiempo
en ordenar los fusilamientos de los jefes de la expedición, y más tarde del
capitán del “Virginius” y los expedicionarios, y de otro grupo de
expedicionarios y marinos. En total fueron pasados por las armas 53 hombres,
sólo por el odio que profesaba el gobernador Burriel, los Voluntarios y el
archifamoso y centro de criminales como era el “Casino Español”, apoyados todos
ellos y con el visto bueno del Arzobispo y la iglesia católica, que da pena. De
nada sirvieron las protestas de los cónsules de Estados Unidos y de Inglaterra.
Fue todo una burla. La llegada de la fragata de guerra inglesa “Niobe”, al mando
del capitán Sir Lamton Lorraine, para por un momento los fusilamientos, y
consigue que sean perdonados 13 ingleses y un francés. Pero es la llegada al
puerto del valiente y héroe de la guerra Civil en Estados Unidos, capitán
William B. Cushing, al mando de la fragata de guerra “Wyoming”, la que hizo que
Burriel se decidiera a parar los fusilamientos, por las amenazas de Cushing
“Albemarle” como era conocido, y días después de la llegada del “Kansas” y “Juniata”,
hizo correr a Burriel a La Habana, para recibir nuevas órdenes. Tan valiente
temía enfrentarse a las unidades navales americanas y a la “Niobe’.
Se puede hablar de muchos Fusilamientos, pero estos
demuestran el odio y la cobardía de los gobernadores militares en Cuba. Pero
también hay que culpar al gobierno central y al reino, pues ellos daban visto
bueno a todo.
Muchas veces es triste recordar lo pasado a aquellos primeros
luchadores de la libertad de nuestro pueblo, que sufre hoy una dictadura, tan
mala o peor que aquélla.
Los fusilamientos en Cuba en tiempo de la Colonia
En tiempo de la colonia, el FUSILAMIENTO por protestar contra
la Metrópoli o conspirar, fue una cosa normal. Los cubanos pagaban con su vida
cualquier movimiento de liberación contra España, eran encarcelados, enviados al
destierro, o al cadalso. Tener ideas de independencia era ser enemigo de los
jefes militares de partido. Los militares españoles solo buscaban enriquecerse,
y chantajear a los cubanos prominentes. Cualquier protesta de los negros,
eran encarcelados y pagaban con el látigo su deseo de libertad.
Pero hagamos un resumen de las primeras conspiraciones que
hubo y, su desenlace final, que terminaba con la sangre de los mártires, cosa
que no importaba en aquel momento, a las autoridades ni al clero español.
El 19 de octubre de 1843 se hace cargo del Gobierno de la
Isla, don Leopoldo O’Donnell, llamado “el leopardo de Lucerna”. Al dar comienzo
su gobierno empieza a realizar cambios militares en Cuba, y se le informa de una
conspiración que preparaban un grupo de negros y mulatos en La Habana y
Matanzas, conocida entre otros nombres, como “Conspiración de los Negros”,
“Conspiración de 1844”, “Conspiración de la Escalera” que es la más conocida. El
gobierno de O’Donnell muestra al pueblo su mano dura como gobernante. Llevó el
terror a todas partes en La Habana, Matanzas y alrededores. No había hogar de
negros y mulatos que no fuera registrado. A algunos se les involucró por la
sencilla razón de tener propiedades y dinero. Unos pagaron con la vida, otros
perdiendo las propiedades. En una carta de don Domingo del Monte a Miguel Aldama,
dice:”feliz ha sido Ud., que ha podido escapar de presenciar estos horrores y
quizás de un tropel que lo hubiera perdido a Vd.. para siempre. Las cárceles
rebosan de negros cabecillas de la Conspiración, sólo en Matanzas existen en
cadenas 843 negros esperando la conclusión del sumario, de ellos los 7/8
libertos, y aquí el número también es muy grande y figuran en la lista Manzano,
Blerely, Plácido, Brindis, Ceballos, y cuantos negros o mulatos hay de algún
viso o talento...se les hace declarar o por mejor decir de hacerlos declarar es
verdaderamente salvaje, se les aplica el látigo sin distinción de clases, libres
o esclavos, pobres o ricos, y el azote inquisitorial les hace declarar la
horrorosa conspiración...otros han sucumbido o muerto de pasmo o de gangrena,
pues ha habido hombres que han recibido 1,600 azotes boca abajo.. a quien no
horroriza estos es a ellos...”
Al liquidarse la conspiración dio como resultado 87
condenados a muerte, 917 condenados a presidio, 334 a extrañamiento, 17 a golpes
de azote, más de tres mil detenidos que sufren horrores del procedimiento.
El grupo expedicionario del general Narciso López sale de
Nueva Orleans el 11 de mayo de 1850, con rumbo a los islotes de Conzumel, y de
allí seguir hasta Cuba. La formaban 558 hombres de diferentes nacionalidades,
con una sola idea, liberar a Cuba del yugo español. Desembarcan el 18 de mayo de
1850 en Cárdenas, cerca de la ciudad de Matanzas, se dividen en dos grupos, uno
con rumbo a Matanzas a la estación de ferrocarril , para controlar el movimiento
de pertrechos, y el otro a la Cárcel, siendo tomada en un ligero combate. El
primer cubano que es herido y vierte su sangre por la libertad de Cuba, lo fue,
Ambrosio José González, en combate. Al ver el general Narciso López , el fracaso
de la expedición y el poco apoyo del pueblo, se retira hacia Estados Unidos, y
desembarca en Key West. Los fusilados en Matanzas que fueron apresados por las
fuerzas españolas, el 25 de mayo de 1850, en las faldas del Castillo de San
Severino, fueron: Thomas Williams y George Wamen, de nacionalidad inglesa;
William Kelly, irlandés y George Campbell, escocés, que habían sido apresados en
Cárdenas, y el cubano Bernardino Hernández. Al momento de retirarse López se
fueron con el siete negros esclavos y 25 soldados del Regimiento de León, los
cuales desmintieron en Estados Unidos, las declaraciones de las autoridades
españolas, de que habían sido llevados prisioneros, todos se quedaron .
El gobierno de la Unión colaboró con las autoridades
españolas, interceptando otros intentos de invasión, considerando a los cubanos
“aventuras de latrocinio y saqueo” y serían considerados como “piratas” y
castigados como tales por las autoridades. Las autoridades españolas ordenaron
un bloqueo de las costas de todo barco que viniera de Estados Unidos. Narciso
López prepara otra expedición, que saldría en el barco “Cleopatra” pero es
denunciada por el ministro inglés en Washington Henry Litton Bulver, el
Secretario de Estado americano, era enemigo de las expediciones de López y de
los cubanos. Inglaterra lo hacía pues temía que los Estados Unidos controlaran a
Cuba, después de ser liberada, y sería una espina muy dura de tragar para
Londres.
Mientras
todas estos acontecimientos pasan, el 4 de julio de 1851, en Puerto Príncipe,
Camaguey, se produce el levantamiento encabezado por Joaquín Agüero, pero falto
de apoyo, por ser solo 44 conspiradores, y ser descubiertos, son fusilados el 12
de agosto de 1851; Joaquín Agüero, José Tomás Betancourt y Zayas, Fernando de
Zayas y Cisneros y Miguel Benavides Pardo. Fueron sentenciados a presidio Miguel
Castellanos y Adolfo Pierra, este último tiene el honor de trasladar a la
posteridad los últimos días de Agüero. Al fracasar la otra intentona en
Trinidad, el 24 de julio de 1851; son fusilados; Isidoro Armenteros, Fernando
Hernández Echerri, y Rafael Arcis, en el lugar conocido como “Mano del Negro”,
el 18 de agosto del propio año.
Narciso López desde su regreso a Estados Unidos, se dedica a
organizar otra expedición a Cuba, pero esta fracasa por haber sido delatada por
el embajador de Inglaterra a las autoridades americanas, Henry Litton Bulwer,fue
llamada “Cleopatra” por ser el nombre del buque que la llevaría, los gastos de
ella fueron sufragados por John L.Sullivan, cuñado de Cristóbal Madam y Madam
que era su cuñado. El presidente de Estados Unidos, Millard Fillmore, enemigo de
los cubanos, sustituto del Presidente Zacarias Taylor, dictó un bando, donde
decía que todo aquel que ayudara a los revolucionarios, a los cuales calificaba
de “aventuras de latrocinio y saqueo”, no serían amparados por las autoridades,
y considerados como piratas. El Capitán General de Cuba, ordena el bloqueo de
las costas cubanas por la flota de España. Algo que tenemos que tener en cuenta,
es que el secretario de Estado de los Estados Unidos, Daniel Webster, era
enemigo de los expedicionarios de Narciso López, y tenía la esperanza de que
Cuba al pasar el tiempo cayera en manos de los Estados Unidos.
Narciso López esperaba llevar en su expedición 1500 hombres,
pero al saber los alzamientos en Trinidad y Camagüey, decide adelantarse y se
embarcan en el “Pampero” con destino a la parte central de Cuba, pero la suerte
le es adversa y van a parar por roturas en el barco a Bahía Honda y descubiertos
sus planes por las autoridades. El 11 de agosto de 1851, desembarcan perseguidos
por las fragatas españolas en “Playitas”, próximo al puerto de Bahía Honda, en
la costa norte de Pinar del Río. Deja en la costa al Coronel americano William
L, Crittenden con 140 expedicionarios al cuidado de los suministros, y que le
sirviera de punto de enlace con sus tropas. En “Las Pozas” tiene el primer
combate, donde sale victorioso, pero más adelante es atacado por fuerzas
superiores, y sale victoriosó, Se dirige al “Cafetal de Frías” donde vuelve a
vencer y también muere el General Enna al mando de las fuerzas españolas. Es
atacado en “Candelaria” por fuerzas superiores, que cuentan con la cooperación
de los campesinos cubanos. Narciso López se ve sólo. Ha perdido el contacto con
el Coronel Crittenden, no tiene pertrechos y los hombres están cansados de la
persecución. Sólo se ve con siete expedicionarios, y toma el camino a “Los Pinos
de Rangel”, donde se ve traicionado por su compadre y amigo José Antonio
Castañeda, diciendo estas palabras “Esto es lo que me quedaba por ver” siendo
entregado a las fuerzas españolas.
Contra López y sus expedicionarios, habían peleado 5000
soldados de Infantería que mandaba el General Enna y 800 de caballería, fueron
perseguidos como si fueran fieras. El Capitán General se dirige al pueblo por la
prensa y declara:”gracias a la ayuda de los vecinos no sólo auxiliaron al
Ejército y a las Autoridades con toda clase de recursos, y privaron al enemigo
de cuanto pudiera asegurar su fuga.”
El Coronel Crittenden se queda solo con cincuenta
expedicionarios, pues el resto había desertado y en cuatro botes trata de huir,
pero es apresado. Son conducidos a la Habana en la fragata “Esperanza”,
ordenando su fusilamiento el General Concha, sin previo juicio, basado en su
resolución de 20 de abril de 1851, en las faldas del Castillo de Atarés, y los
cadáveres fueron todos profanados por las turbas siendo exhibidos en lugares
públicos, sus miembros fueron disputados como si fueran trofeos de guerra, y
llevados a diferentes lugares de la ciudad. La indiferencia de lo que pasaba por
parte del Cónsul de los Estados Unidos en la Habana, Mr. Allen F. Owen, es
notable, quien no hizo nada por sus compatriotas. Otra cosa importante en el
puerto se encontraban la corbeta “Albany” y el cañonero “Vixen”, siendo
recibidos con muestras de hostilidad por el populacho, y expresaron su
conformidad con el Capitán General, de la acción tomada. Ahí se ve la COBARDIA
de la marina de Estados Unidos y el Cónsul americano. Siempre han sido así.
Mientras en Nueva Orleáns, el pueblo de la ciudad se botó a la calle, y atacaron
el consulado español, pidiendo castigo contra España. Se formaron listas de
hombres que deseaban ir a pelear a Cuba y vengar la muerte de los
expedicionarios.
Según un parte del gobierno, las fuerzas españolas sufrieron
aparte de la muerte del General Enna, 29 oficiales y 386 soldados, y heridos
622, mientras que los expedicionarios sufrieron 131 muertos, 158 prisioneros
fusilados y 270 prisioneros que salvaron su vida. No voy a poner el nombre de
los fusilados por ser muy larga la lista. Sólo pondré a López que fue ordenado a
morir en garrote por el Capitán General Concha. Narciso López es conducido a la
Habana el 31 de agosto de 1851 en el buque “Pizarro”, llega a las 8 de la noche,
y es llevado a capilla a las once de la noche y a las siete de la mañana es
agarrotado como un vil criminal, en la explanada frente al Castillo de la Punta.
Muere oficialmente el 1 de septiembre de 1851 Narciso López. Estando en Nueva
York, José de la Luz y Caballero, le dijo a López al saber los contratiempos por
lo que pasaba: “Le abandonan, López, le abandonan.”
Quiero hacer énfasis en lo siguiente al movilizarse en La
Habana , los españoles , y los cubanos simpatizantes , se formaron batallones,
que luego más tarde serían los ya tan famosos y criminales llamados “Cuerpos de
Voluntarios’, que tanto daño hizo a Cuba y a los cubanos. Formados de la alta
sociedad española y comerciantes. Y muchos de ellos serían honrados con títulos
y calles de la ciudad llevarían sus manchados nombres por la sangre de muchos
cubanos inocentes muertos.
HUELLAS
Salgo de la ciudad para ir pasear cerca del mar. Las mañanas son largas. El
automóvil va rápido; el silencio sólo es roto por la música del radio.
Durante el corto viaje voy dejando atrás todo el panorama de la ciudad. Se
ve la transparencia del cielo; me dan ganas de detenerme antes de llegar al
lugar fijado y sentarme a la orilla de la autopista cerca del mar. Detengo
mi auto, en la playa no se ve a nadie; sólo a lo lejos algunos caminantes.
En la arena, se ven huellas dejadas por las gaviotas y pequeños cangrejitos,
que van siendo borradas por las olas del mar. Un velero de vela blanca, se
ve allá en la lejanía. El mar azul, verde, oro. Los rayos del sol
resplandecen en la arena de la playa. Unas palmeras a lo lejos, como
pérdidas en la playa; extensión de arena sin vegetación. El azul claro del
cielo, y las nubes ligeras se mueven en el inmenso espacio.Me detengo, mi
imaginación echa a andar por un camino o por otro. Medito en el tiempo; en
lo infinito; en lo eterno. Me pongo a pensar en esas pequeñas huellas, que
las olas del mar han borrado.¡Con qué facilidad han desaparecido! Pero hay
otras huellas que son perennes en la vida, en la historia, porque esas no
desaparecen ; son eternas.
La huella que deja una madre querida a través de los años; ofreciendo a sus
hijos, y al esposo, lo mejor de ella. Cariño, atención, el buen consejo. Que
siempre será recordada. Las personas bondadosas que dedican su vida a hacer
el bien al prójimo, sin importar recibir beneficio alguno. Esos voluntarios,
hombres y mujeres, que en África y alrededor del mundo, atienden a los
desposeídos, enfermos y moribundos. Sin importar ofrecer su vida en pro del
humanismo y, que al pasar los años sus nombres son olvidados; sin embargo,
dejaron sus huellas en los caminos de la vida, ayudando a aquellos que lo
necesitaban. La Madre Teresa, que en Calcuta, a través de los años caminando
por sus calles, llevando el mensaje de Dios, consejo, ayuda, y alimento a
aquellos que la sociedad le negó todo. Su papel de heroína, su éxito, no es
de ella, es de la humanidad y del mensaje que ella lleva. Billy Graham, que
con su mensaje cristiano ha dado ejemplo en el mundo, de lo que la palabra
de un hombre humilde, decente y honrado, puede lograr; llevando ese mensaje
de paz, amor y unión familiar. Los pastores que desde la tribuna de sus
iglesias llevan el mensaje cristiano, para mantener unida a las familias,
llevando el mensaje de Dios. Sin ellos buscar beneficio económico. Sin
embargo, otros han utilizado sus tribunas y la palabra sagrada de Dios, para
beneficios propios. Estos también dejan sus huellas, de mentira y egoísmo.
También otros que han dejado su huella para la eternidad, fueron aquellos
hombres que lucharon por la independencia de los países de la América
Hispana. Sus huellas ni las olas del mar, ni el tiempo van a borrarlas,
porque quedaron en los surcos de libertad de nuestros países.
Todos esos que han dejado su huella en la vida, sin afán de lucro, y
posición. Serán un ejemplo vivo en la masa; como un don celeste que
resplandece por si mismo, por su nobleza y humanismo..
La tarde va llegando, por la arena fina de la playa viene caminando una
señora ya mayor, con dos niños que juegan, saltan, ríen; ella sonríe, sus
ojos brillan, y los niños gritan, saltan. Pasa por mi lado, me sonríe con
bondad al pasar; es feliz, esos niños son el fruto de su vida. Ya el sol
resplandece con más fuerza; más personas empiezan a llegar a la playa. A lo
lejos se ve el velero de vela blanca, como un puntito que se pierde en el
mar blanco, azul, oro. Respiro a pleno pulmón, la brisa del mar. La vida
transcurre. Me detengo un instante, y miro mi obra modesta escrita, y me
siento feliz./
El Origen de las Comparsas Habaneras
Para buscar el origen de los Carnavales y desfiles de
comparsas, tenemos que ir a los tiempos de la colonia. Según los
historiadores de nuestras costumbres, para encontrar el origen histórico en
Cuba de estos desfiles de comparsas que se les llaman a partir de finales
del siglo XIX, carnavales, hay que buscarlo en la fiesta del Día de Reyes.
El Cabildo de San Cristóbal de la Habana, ordenó en 1573 que todos los
negros horros se prestasen a ayudar a la procesión del Corpus Christi “con
invenciones y juegos”, como los sastres, carpinteros, zapateros, herreros y
calafates. A través de los años ese día era escogido por las
autoridades para que los negros esclavos o libres, desfilaran por las calles
de La Habana. El 6 de enero de cada año, la iglesia católica consagra la
Epifanía o la Adoración de los Reyes Magos, comúnmente llamado Día de los
Reyes.
Ese día los negros africanos, vestidos con ropas
estrafalarias, su música por región, sus congas, sus lenguajes, cantos
ceremonias y religión, se lanzaban por las calles de San Cristóbal de la
Habana, reunidos por nación, con los suyos y sus calaveras. Iban ataviados
con las ropas que los identificaban del país que eran. Los instrumentos
sonaban: tambores, claves, campanas, y los coros de aquellos que llevaban el
ritmo de la música. Algarabía, bailes, saltos; esos fueron los primeros
desfiles de congas, llamadas con el tiempo “comparsas” y luego al pasar los
siglos, ese día de fiesta, era cuando daban comienzo los carnavales.
El origen de los carnavales en general, hay que buscarlo en el mundo del
Paganismo, las supervivencias contemporáneas de los arcaicos ritos agrarios
y resurreccionales, que, para propiciar la fecundidad general, practicaban
las religiones primitivas, pero sería abolido por el cristianismo. En la
Venecia del siglo XV, el Carnaval, al que asistían miles de personas,
consistía en un desfile de góndolas por los canales de la bella ciudad. Iban
adornadas de tapices, flores y objetos en algunos casos; y en especial, las
de las familias pudientes, de oro. Surcaban los canales, y las personas se
cubrían sus caras con máscaras. Los balcones de los palacios se adornaban
con banderas. Desde entonces se hacen populares en algunas ciudades del
mundo.
Después que España se retira de Cuba en 1898, los carnavales
y las comparsas quedaron como una tradición en el país. En el año de 1902 se
celebraron los primeros Carnavales en la Cuba ya libre. El alcalde de la
ciudad, Don Carlos de la Torre, dictó las instrucciones, donde se
estipulaban las regulaciones. Hizo su aparición por primera vez en Cuba, un
automóvil propiedad de la familia Zaldo. En 1908 es elegida la primera Reina
y seis Damas de Honor que presidieron aquel carnaval. Fue elegida Reina,
Ramona García, cigarrera de la fábrica “El Siboney”.
No sería hasta el 1912 que continuarían los desfiles. El
alcalde General Fernando Freyre de Andrade, en el bando donde se regulaban
los Carnavales, disponía que las comparsas podían ese año salir de sus
barrios límites. Debido a las disputas de los grupos más conocidos “El
Alacrán”, que dirigía un tabaquero de una de las grandes fábricas de la
ciudad, y “Los Gavilanes”, que dirigía un señor conocido por el “Fiscal”. La
rivalidad de ambas llegó al extremo, que terminaría en sangre; los “jierros”
como se decía, dijeron la última palabra. En la esquina de San Lázaro y
Belascoaín, se formaría la refriega. Hubo tres muertos y numerosos heridos
de ambos bandos. El alcalde Freyre de Andrade, por una ordenanza municipal
suspendió los desfiles de las comparsas. No sería hasta 1937, que volverían
a desfilar por las calles de la bella ciudad habanera, autorizadas por el
alcalde Dr. Antonio Beruff Mendieta y decía:”…la comparsa, desterrada de las
calles por la tiranía haya triunfado plenamente, pese a todos los augurios
adversos. De todos modos, la cuestión de las comparsas está definitivamente
resuelta, y de acuerdo con el criterio sustentado por nosotros…Pero es el
caso que algunas personas han exteriorizado su repulsa a esos festejos,
calificándolos de contrarios a la educación y cultura populares y
provocadores de conflictos raciales y disturbios públicos”.
Según el diccionario de la Academia Española dice lo que es
una comparsa: “Conjunto de personas que en los días de carnaval o regocijos
públicos van vestidas con trajes de una misma clase.”
Fernando Ortíz al referirse a las comparsas habaneras de
1937, por haber cierto grupo minoritario que se oponía a ellas, dice en el
informe que la alcaldía de la ciudad pide a la Sociedad de Estudios
Africanos: “Claro está que hay y habrá personas a quienes las comparsas no
gustan. Sobre materia tan movediza como el gusto, nada puede imponerse. Hay
quien desprecia los ritmos maravillosos del bongó y hay quien bosteza al oir
una romanza. Hay quien oirá a Beethoven y hay quien se extasía con un son. Y
hay quien gusta de ambos, según el sentir de las horas y los días; pero a la
masa del pueblo habanero le agradan las comparsas, y no solamente al
elemento de sencilla cultura, y ésto sería bastante para protegerlas, a
menos que hubiera motivos de seria inconveniencia, que no los hay.”
La oposición de ciertos grupos de la Alta Sociedad Cubana de
la época y de extranjeros que creían dictar las órdenes y directivas de no
sólo la política, sino de nuestra cultura, “alegando pretensiones de una
mítica superioridad nórdica, o aria, o rubia, o celeste, o infernal, según
los caprichos o los momentos históricos de su agresividad o
ensoberbecimiento.” dice Fernando Ortíz.
Nunca hubo conflictos de raza en Cuba con ocasión de las
comparsas. En los grupos de cada una, participaban negros, mulatos, blancos
y hasta chinos. Estas comparsas no sólo las había en Cuba, sino que en otras
naciones se celebraban los carnavales; famoso era el carnaval carioca de Río
de Janeiro, donde las comparsas afrobrasileras daban muestra de lo que era
el folklore. En Nueva Orleans, el carnaval bellísimo que era una fusión de
la Mi-Carene francesa y comparsas de grupos populares (hoy en día esas
costumbres han ido decayendo). En los diferentes países de las Antillas
Británicas, famosas eran sus fiestas carnavalescas, con los desfiles de
bailarines y cantos populares.
En La Habana, eran famosas las comparsas: Los Moros de Venecia, Los Congos
de Chavéz, Los Turcos de Regla, Los Mandinga Moro Azul,. Otras con nombres
emblemáticos de animales o árboles: El Alacrán, La Culebra, El Pájaro Lindo,
El Gavilán, El Jiqui. Otras como: Las Gitanas, Los Mambises, Los Dandy, El
Majá, las Fruteras, Los Guaracheros, Los Príncipes del Rajah, Los Congos
Libres, Las Jardineras, Las Sultanas, y las Bolleras.
Recuerdo aquellas comparsas, y también que teniendo 12 años
me fui detrás de una de ellas, porque estaba enamorado de una mulata con un
cuerpo tremendo y cuando regrese a la casa mi madre me dio dos pescozones,
que no sirvieron para nada, porque la siguiente semana me fui otra vez; la
mulata aquella valía la pena.
El ritmo y gracia, movimiento de nalgas, caderas, brazos, es
sudor humano: el cornetín lanza su tara-ta-ta. Y las comparsas van cogiendo
su camino para el Prado de La Habana. El público se agolpa en los balcones,
las calles estan de fiesta, suena el cañonazo de las nueve de la noche se
quedan asombrados de los bailes de los participantes y se ponían a bailar
también. El rumor lejano de las diferentes comparsas se va oyendo. Es un
rumor apagado. Los ánimos se van poniendo tensos y al unísono el público
grita: ¡Ahí vienen, ahí vienen! Gritan todos. Van resonando los cencerros,
los tambores, con su tum-tum-tum-pa…las voces del coro. El cornetín, su
canto vuela por el aire, comunicando a los bailadores sus pasos. Cada vez la
música suena más armoniosa. Los faroleros, con sus farolas de un lado para
otro de la calle, hacen piruetas; se dejan caer, se levantan, para que el
público vea los colores del grupo. La alegría se ve en el rostro de los
participantes; sudan, los músculos del cuerpo se ponen tensos . El paso es
alegre y cada vez más confiado. Se siente el rumor de zapatos y pies en el
asfalto. Hay olor a sudor y a hembra, las caderas se mueven al vaivén de la
música. Así, una tras otra las comparsas van por el Prado de la Habana. En
su retirada a sus barrios, el cornetín sigue con su sonido trepidante,
bullanguero, la sangre hierve y las caderas se mueven con sensualidad, las
mujeres mantienen el paso y su gracia trepita de entusiasmo: se oye cuando
van de retirada el canto: su a-la-la-la-la…Zumba, mama, la rumba y tambo…
Y nuestra noche tropical, más azul y bella que nunca, las
estrellas siguen brillando; un lucero se mueve en el inmenso espacio, y la
brisa tropical acaricia el rostro, todo es alegría, hermandad y paz en
aquella inmortal Habana. Los Castillos del Morro y de la Punta, parecen como
si se movieran en su guardia nocturna. En el cielo las estrellas contentas,
su movimiento en el espacio es diferente en estas noches, pues ellas van
marcando el paso al compás de la música de las comparsas habaneras. Y
nuestro cielo reluce de ese azul límpido, íntimo, espiritual.
En mis noches de insomnios, me parece oir el sonido de
tambores, sartenes, y el canto melancólico de los cantantes; y aquellas
mujeres de diferentes color de piel, pero de sólo una raza, la cubana,
bailando delante de mí. Y mi corazón salta de alegría; por un momento vuelvo
a bailar detrás de las comparsas, y me veo rodeado de seres queridos…y en la
lejanía me parece seguir oyendo el repiquetear de tambores, y el canto, con
su ala-ala-ala- de nuestra Cuba Eterna y Querida.
El Fracaso de la Expedición del “Pampero” a Cuba. Los Fusilados en el Castillo de Atarés en 1851
Mi amigo Pedro Conde me decía que en una reunión con amigos se conversaba sobre la expedición del vapor “Pampero”, comandada por Narciso López; y notó cuán mal informados estaban. Algunos creían que todos los expedicionarios habían podido escapar a EE.UU. Sobre todo esto no voy a escribir mucho. En una de las conferencias que estoy preparando seré más explicito, por lo que no voy a dar mucha información.
El fracaso de la primera expedición de Narciso López no hizo aminorar a dicho patriota sus deseos de liberar a Cuba del yugo español. Los cubanos empezaban a rebelarse contra la corona.
El 4 de julio de 1851, en Puerto Príncipe, Camagüey, se produce el levantamiento encabezado por Joaquín Agüero, pero al faltarle el apoyo de los conspiradores ya que sólo lo secundaron 44, y al ser descubierta la conspiración, son detenidos y fusilados Agüero, José Tomás Betancourt, Fernando de Zayas y Miguel Benavides el 12 de agosto de 1851. Mientras, en Trinidad, un grupo de revolucionarios -al ser delatados- son detenidos y los principales jefes fusilados el 18 de agosto de 1851. Isidoro Armenteros, Femando Hernández Echerri y Rafael Arcis en el lugar llamado “Mano del Negro”.
Estos fracasos no impiden que Narciso López siga con su idea de llevar otra expedición. El plan era reunir mil cuatrocientos hombres bien equipados y desembarcar en la parte central de la isla, pero al tener noticias de los pronunciamientos de Agüero y Armenteros, decide adelantar la expedición y desembarcar en Pinar del Río. Pensaba él que la presión de las fuerzas españolas sería menor en los revoltosos. No sabía que ya dichos levantamientos habían fracasado. El error más grande fue escoger Pinar del Río, por no tener lugares montañosos donde poder emboscar al enemigo.
Con unos cuatrocientos hombres o quizás un poco más, desembarca en “Playitas” el 11 de agosto de 1851, cerca del puerto de Bahía Honda. La mayoría de los expedicionarios eran americanos y de otras nacionalidades. El segundo en mando lo era el general húngaro Johan Pragay.
Narciso López divide la tropa, y deja en la costa al cuidado de los pertrechos y suministros al Coronel William L. Crittenden con 140 expedicionarios, para que recibieran a los otros expedicionarios que esperaba llegaran en el segundo viaje del “Pampero”. Narciso López divide la tropa y se enfrenta a las tropas españolas en varios combates. Su segundo jefe, el general Pragay, muere en combate en Las Pozas. En el transcurso de los días sufren derrotas, así como victorias, pero nunca esperaron que los campesinos fueran a ayudar al gobierno español. Al final López es traicionado por su compadre, José Castañeda, quien lo entrega a las autoridades.
Sobre el Coronel Crittenden, muchos de sus soldados se entregaron a los españoles y otros lo abandonaron. Con sólo cincuenta hombres, en cuatro botes trataron de alejarse de la playa para esperar por ayuda y volver a Nueva Orleans, pero son avistados los cuatro botes por cañoneras españolas y capturados. Remitidos a La Habana en la fragata “La Esperanza”. Ordena de inmediato el Capitán General Concha, los fusilamientos el 20 de abril de 1851; son fusilados en las faldas del Castillo Atarés. El total de ejecutados por las autoridades fue de 158. 131 muertos en combate y, prisioneros que salvaron sus vidas, 270.
Estos son los nombres de los hombres que acompañaban al Coronel Crittenden, fusilados:
Coronel W.S.Crittenden , Capitán Frederick S. Serer, Capitán Victor Ken, Capitán T.R.Veacey, Cirujano John Fisher, Cirujano K.A. Fourniquet, Ayudante R.C.Sanford, Teniente LOBryce, Teniente James 8, Teniente Thomas C. James, Sargento .Whiterend, Sargento Napoleon Colling, Sargento G.M.Green, Sargento J.Salmon, Soldados N.T.Vines, William Chillings, G.A.Cook, S.O.Jones, M.H.Bull, James Bunet, C.C. William Smith, A.Ross, P.Bronrke, John Chrisden, Samuel Milis, William B.Littie, B.J.Wregy, John G.Gaukar, E.T.Collms, Thomas Harnatt, John Stubbe, M.Phi James L.Malville, Edward Rulman, Robert Cautley, James Stauton, Alexander McIler, James Ellis, Chakes A. Robinson, William N.Homes, George W.Arnold, William Nicoman, Anselmo Torres, Samuel Need, William Hogan, Sargento A.M.Cotchett.
Capturado Narciso López, es conducido a La Habana en el “Pizarro”, llegando a la ciudad a las ocho de la noche del 31 de agosto de 1851. A las once de la noche entra en capilla y a las siete de la mañana es agarrotado, cual si fuese un vulgar criminal, en la explanada frente al Castillo de la Punta, el 1 de septiembre de 1851.
El traidor y compadre de Narciso López, fue asesinado la noche del doce de octubre de 1854, José Antonio Castañeda estaba sentado en una de las mesas del café “Marte y Belona”, cuando le fue disparado un tiro que le ocasiona la muerte. El patriota que lo hizo fue Nicolás Vignau Asanza, que era natural de Santiago de Cuba.
Leyenda de la Virgen de Guadalupe
La interpretación de la historia y mitos de los tiempos de la colonia en nuestros países es muy importante para poder comprender nuestros valores históricos, indígenas y español. La imagen que muchas veces se nos ha presentado de la historia del México indio, es muy diferente de como fue en realidad. Pero con la independencia, la visión histórica se va revelando con más claridad.
Para obtener datos sobre los primeros años de la colonización en México, tenemos que ir a las informaciones dadas por los evangelizadores, y todos aquellos envueltos en la diseminación de la religión católica. La pugna entre los españoles-criollos y los famosos “bachilleres” enviados por España, para administrar el gran país. La inquisición se encargaba de mantener el orden, entre todos aquellos que se salían de su camino, cometiendo injusticias por doquier.
En los primeros años de la conquista, los indios hacían sus sacrificios a “Tháloc”, para atraer la lluvia, y la ayuda en los sembrados. Cuando eran descubiertos, pagaban dicho atrevimiento y falta con el arresto y castigo ejemplar. Pasados a lomo de mula en una armazón de hierro, azotados en público, rapados, y luego llevados al lugar donde serían muchos de ellos ajusticiados por violar las leyes de la religión católica, que les prohibía venerar a los ídolos. En el caso de Martín Océlolt, fue enviado a Sevilla a los inquisidores, para ser eliminado como herético.
Los indios del valle de México nunca fueron cristianizados en su gran mayoría. Pero la fe se extendía entre toda la población por la labor de los padres jesuitas, y predicadores.
Según cuenta la leyenda de la Virgen de Guadalupe, Juan Diego, un indio muy pobre, salió de su casa un día temprano en la mañana, el nueve de diciembre de 1531 para oír misa en un pueblo cercano a la capital. Al coger un camino más corto, el de Tepeyac, que era un sitio árido, oyó música que parecía venía del cielo, delante de él se formó una luz brillante en forma de arco iris. De pronto una señora muy hermosa, de facciones muy delicadas, se acercó a él y le saludó con voz melodiosa. Le dijo que “ella era la Virgen María, que fuera a ver al Obispo de México, de su parte, para que se construyera una iglesia en aquel lugar.”
Juan Diego fue a hablar con el Obispo, pero éste no creyó la historia y le pidió una prueba de lo que decía.. Vuelve Juan Diego a Tepeyac para tratar de hablar con la Virgen. Ella le dijo,”que volviera al día siguiente.” Pero el tío de Juan Diego se encontraba enfermo, y se puso peor. Siendo imposible que cumpliera su promesa de regresar a ver a la Virgen, al día siguiente fue en busca de un sacerdote por un camino diferente, tratando de evitar pasar por Tepeyac. Pero la Virgen apareció en su camino. El le dijo de la enfermedad y que iba en busca de un sacerdote. Ella le dijo: “Tu tío ya esta bien, y ve a ver al Obispo otra vez”. Juan Diego le pidió una prueba del milagro. Ella le mandó a subir a la colina y recoger allí unas flores, lo que sorprendió a Juan Diego, porque sabía que nada crecía en aquella tierra árida. Sin embargo, encontró las flores. Recogió algunas y las llevó en su “Tilma” (manta) al obispo. Cuando las dejó caer en el suelo a los pies del Obispo, no había flores, y todos vieron la imagen de la Virgen que se encontraba estampada en la “Tilma”. El Obispo se puso de rodillas pidiendo perdón por no creer. Empezaron las visitas de los vecinos. La historia de la aparición se esparció por todo México. Al pasar el tiempo se construyó una iglesia en el sitio del milagro y le dieron el nombre de Guadalupe al pueblo que se formó al pie de la colina. En 1532, en una procesión solemne, llevaron el “Tilma” de Juan Diego, con la imagen de la Virgen hasta el altar de la iglesia. Siendo 12 de diciembre la fiesta de la Virgen de Guadalupe y de toda la República de México.
Por todos es conocido el lugar como el santuario de Tepeyac. En 1555 el Arzobispo Montufar fundó la primera basílica de Guadalupe, en un edificio modesto. En 1609 se construyó el primer templo de “albañilería abovedado”. Fue construido por una suscripción pública. El templo sería terminado trece años después. Siendo instalada la Virgen por el Arzobispo Pérez de la Serna, en 1622. En España se decidió aumentar la construcción en 1694. Teniendo 77 metros de largo, 33 metros de ancho y 30 metros de alto.
Al momento de conquistarse la Independencia de México, bajo el pendón de la Guadalupe, fue consagrada una vez más la protectora del Pueblo de México.
La Palabra: El Español
De las ciencias inventadas por el ser humano, es la palabra la principal de ellas. Sin ese don del habla, nos podíamos considerar al nivel de la fauna que nos rodea, que ignoramos su manera de comunicarse. Según los investigadores son los primeros homínidos (relativo a un suborden de los mamíferos primates actuales) del Paleolítico. El hombre de las cavernas que no caminaba erecto, ni sabía construir una choza donde vivir, viviendo en cuevas; no tenía armas para defenderse de los animales feroces. Pero pudo resistir los rigores de los glaciares por más de 600 mil años. Pero poco a poco empezó a construir armas para defenderse y objetos , y con la introducción del fuego, producido por el roce de dos piedras, marca un paso de avance en sus vidas. Ellos dejaron en las cavernas cerca de Niza (Costa Azul francesa) huellas de aquel tiempo.
Se ignoran los pioneros del primer lenguaje humano, pero según los historiadores estiman que fue en la ya desaparecida Atlántida o Lenuria, que yacen en el fondo de los océanos, donde ya se utilizaba el lenguaje humano. Si antes del Neolítico existió un idioma, se ignora. En las cuevas de Altamira (Santander) quedan huellas del “homo sapiens” promotor de la cultura occidental. Los sumerios de Mesopotamia y los cretenses que se adelantaron mucho antes que los egipcios. Durante el llamado Matriarcado 8,000 años atrás, surge el primer imperio universal por los etíopes. Ahora es a los sumerios de Irak, 4500 a.C. que se les atribuye la primera escritura.
Son los egipcios los que nos legaron el libro en sus muertos encontrados junto a las tumbas de las momias faraónicas.
Desde que el humano empieza hacer uso del lenguaje, el mundo va cambiando. Dice Tomás Carlyle: “…con una ley primaria de la humana naturaleza, existente aún en todas partes, y se reduce a que lo que un hombre siente dentro de sí mismo de un modo intenso no sosiega hasta que lo arroja fuera de sí por medio de la palabra, representándolo en forma visible y natural, como si le concediese vida y realidad histórica”.
Al referirse al Español, Emilio Relaño, dice: “ Esos millones y millones de hombres que, tan lejos de las fronteras de nuestra patria, expresan en castellano sus sentimientos, cantan sus alegrías y lloran sus desgracias en el idioma de España. No son, no pueden ser, enteramente extraños a nosotros. No importa que legalmente sea un colombiano o un paraguayo tan extranjero como un sueco o un turco. Hay algo que está por encima de todas las divisiones políticas hechas por los hombres, y ese algo es la comunidad de ideas que lleva consigo la comunidad de lengua”. Ese gran escritor que era Horacio Quiroga, decía: “ Igual que las selvas mudan sus hojas con el fluir de los años fugaces, y van cayendo las más viejas, del mismo modo perecen las palabras más antiguas, y las que acaban de nacer florecen juveniles y lozanas. Estamos sujetos a la muerte, nosotros y lo nuestro”.
Martín Alonso, dice sobre nuestra lengua:” El Lenguaje no es ciencia exacta ni patrimonio de nadie en particular. Surgió de todos y para todos. Por eso yo lo califico de inseguro, variable, inconveniente, inexacto y engendrador de gresca. Mi lenguaje es mío. Su lenguaje es suyo”.
Tenemos que defender nuestra idioma, que es bello, sonoro y musical. Muchas de las grandes obras de la literatura estan escrita en español. Entre ellas honra de nuestra lengua Don Quijote de la Mancha de Cervantes. D. del Olmo, dice sobre el Don Quijote; “La curva de la gloria cervantina, hemos dicho ya, sigue su curso ascendente. Creemos que es ahora cuando se le comprende mejor que nunca, en toda su pureza emotiva y literaria. Pero no por eso deja de ser una obra maestra del idioma español”.
Pronto se va celebrar otro año más del Descubrimiento de América, qué mejor manera de honrarlo que defender nuestra lengua española contra otras innovaciones que quieren imponernos.
¡VIVA NUESTRO IDIOMA ESPAÑOL!
El drama de México ¿CUAUHTÉMOC O CORTÉS?
Emilio Martínez Paula, director del semanario "La Información", de Houston, miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, en los Estados Unidos, del Círculo de Cultura Panamericano, del Pen Club, de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y otras organizaciones nacionales, nos depara un libro único y autorizado acerca de la Conquista española del norte del continente. Este no es un caso de muchas tesis universitarias , que no logran llegar más allá de cambiar los huesos de una tumba y llevarlos a otra. Se trata de un ensayo valiente y honestamente equilibrado, sin favorecer a ninguna de las dos partes, en el drama de la Conquista de México. Más todavía, presenta a españoles y aztecas, en forma imparcial y asignando tanta información acerca de un bando como el otro.
La manera de escribir de Emilio Martínez Paula, es llana, de juicio claro. Él levanta el velo del pasado, con el único deseo de dejar aclarados pasajes de la historia, eliminando la barrera que siempre hubo en conocimientos sobre la Conquista de México. Se ha venido estudiando por mucho tiempo enfocando la cuestión desde varios puntos de vista: político, religioso, social-económico y por supuesto militar.
Como dice el autor:
"Este libro tiene el doble papel de ensayo y de obra de texto. Como ensayo intenta analizar la formación del pueblo de México, la creación de la nacionalidad mexicana. Como obra de texto toma en cuenta la investigación histórica de otros autores y narra los hechos fundamentales."
Emilio Martínez Paula posee un don literario -escaso en estos tiempos-, y es el talento extraordinario de resumir aspectos de las efemérides históricas, con una brevedad que hubiera parecido imposible. Todo ello, sin sacrificar detalles importantes de cualquier campaña dramática e histórica. Algunos capítulos son de página y media, nada más, aunque de una concisión magistral.
La obra empieza, naturalmente, con el Imperio Azteca y, el primer encuentro de Cortés y Moctezuma:
"Hernán Cortés bajó del caballo, el mágico instrumento infernal que sorprendió a todos los pueblos del Nuevo Mundo, y en un silencio reverencial, conteniendo con la hipocresía del jugador tramposo su desprecio por un jefe pagano..."¿Acaso eres tú?, supone algún historiador que debió haber dicho Cortés."¿Eres tú Moctezuma? "...-Sí, soy yo", contestó el señor."
Lo que pasó después hubo de cambiar la historia del mundo.
Martínez Paula después pasa a los antecedentes históricos de la Corona Española y su pueblo, anteriores a la Conquista. Él nos revela, con honradez, lo que hubo de lo sublime a lo bárbaro en estas campañas conquistadoras y que la barbarie fue ejecutada por ambos, sin dar ni pedir cuartel. Analiza la incógnita que dejó la Historia, en cuanto a las tropas españolas, súbditas de Los Reyes católicos y, que sin embargo mostraron un comportamiento tan condenable como el de la barbarie azteca. El autor comprende y comparte la política, en las decisiones de ambos cabecillas, y la llama "politiquería", de parte de Cortés así como de Cuauhtémoc. La política es un aspecto complicadísimo de este aspecto de la Historia indoamericana, a juzgar por las controvertidas personalidades de ambos.
Cuauhtémoc sufre con resignación el martirio que le dieron para que entregara su tesoro. Siendo colgado de un árbol, en unión de otros soberanos, por los conquistadores. Trágico final de un hombre extraordinario, valiente y celoso defensor de su patria. Al momento de su muerte le dice a Cortés "...se enfrentó a Cortés sin que le temblara la voz: ¡Oh, Malinche! Yo sabía que esta muerte me habías de dar, y había conocido tus falsas palabras, porque me matas sin justicia. Dios te la demande, pues yo no me la di cuando me entregaba en Tenochtitlán." En la soga se hizo un nudo que le ajustaron al cuello."
Se destaca, aquí, el hecho de que Cortés no fue meramente un iluminado súbdito de la Corona Española, sino también, implacable al tratar de extraer la mayor riqueza posible de los indígenas aztecas. La fundación de la ciudad de México, es pormenorizada en esta obra, con respecto a los increíbles excesos de Cortés y los abusos de sus tropas, para conseguir su cometido.
La Conquista de América y en este caso de México, y uno de los aspectos más interesantes es la participación que jugó la mujer india en la conquista y dominación definitiva de los territorios ocupados por los capitanes españoles en América. Las concubinas indias ayudaron a sus nuevos esposos a concluir la conquista de los territorios, sirviéndoles de expertas guías e intérpretes. Formalizaron su unión debido al afecto, lealtad, respeto y abnegación en los peores momentos. Al pasar el tiempo se les reconoció el rango señorial de Doña, el femenino de las siglas DON, que quería decir: "De Origen Noble". Doña Marina, conocida por el seudómino de "La Malinche", fue la concubina e intérprete de Cortés. Por medio de ella, su tribu tomó venganza sobre los aztecas. Juzgarla a ella, no es cosa fácil, ¡quién no haría lo mismo! Emilio Martínez Paula dice sobre ella:
"¡La gran mujer de la conquista! La que paso a paso, con Cortés, fue agigantando su figura. La que en los relatos de Bernal Díaz del Castillo, lo mismo que en las crónicas indígenas, aparece erguida al lado del capitán español. La que se alió incondicionalmente a su "amo y señor Cortés" en un afán por destruir al que para ella era el opresor: el Imperio Azteca. Ella es la que vive intensamente su momento histórico, y la que después "se eclípsa de la historia, como se ocultan de la vida pública las señoras del virreinato."
Esta obra enfatiza la premisa de que los pueblos que no reconocen los errores pasados, están condenados a repetir sus mismos errores. Esta premisa contiene una verdad significativa en cuanto al desarrollo del pueblo mexicano y del resto de la América conquistada.
En el prólogo el Dr. Odón Betanzos Palacios, Director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, en los Estados Unidos, dice:
"El drama de México ¿Cuauhtémoc o Cortés?, es un libro singular: ameno por la franqueza en la exposición; abierto y libre porque, a la hora de interpretar la historia, manda su criterio en justicia; libro de síntesis porque al estudiar los hechos se queda con la esencia; triste por el dolor al alterarse de forma violenta, almas y pueblos, aunque sobrevuele, para atenuar la tristeza, un hálito de poesía."
El poeta y escritor Dr. Rowland J. Bosch, en el diario "Enfoque Metropolitano" de Miami, al comentar el libro de Martínez Paula, dice:
"¿Cuauhtémoc o Cortés?" es un libro único, sincero y veraz donde se analiza la confrontación de las tropas mandadas por Cortés y el Imperio Azteca, sin pasión, con la mirada puesta en el significado de la lucha de razas que dio lugar al México moderno. Emilio Martínez Paula ha realizado como escritor una labor sobresaliente al escudriñar con entereza y veracidad los sucesos de la Conquista del México indoamericano".
Esta obra del Profesor Emilio Martínez Paula puede ser un excelente texto para el estudio de nuestra Historia, debido a su vasta información proporcionada con una brevedad tan efectiva. Una herramienta indispensable para quienes estudian nuestra Historia, tanto profesionales como aficionados. Su amenidad es típica, considerando los aburridos volúmenes de los historiadores tradicionales. Y hay algo más, el libro se lee como si fuera una novela histórica, aún si no fuera ésta la intención del autor.
DE LA VIDA REAL: EL ELEFANTE JUMBO
Recuerdo cuando era niño, mi hermana Fela nos llevaba a mi hermano Julio y a mí a ver las películas de Walt Disney en el cine ¨Rex Cinema", o en el "Cinecito" ambos en la calle de San Rafael. En el "Rex" fue que vi por primera vez la película del elefante "Dumbo". El cine se llenaba de niños. Creo que en aquellos años felices la vi varias veces. Pero la historia parecía que era una de las tantas fantasías creadas por Walt Disney, pero no fue así, "Jumbo" era el verdadero nombre.
El elefante "Jumbo", fue capturado pequeño en el este de África, por cazadores africanos, y vendido a un europeo de Baviera, que coleccionaba animales para luego traerlos a Europa . Fue vendido al Jardin des Plantes, de París. Los encargados del zoológico se encontraban decepcionados con los progresos del elefante, tenía cuatro años y sólo medía cuatro pies de altura, y decidieron cambiarlo a la London Zoological Society, por un rinoceronte.
En el zoológico le cambiaron la comida diaria, comía más de doscientas libras, de frutas, pan, cebollas, y todo lo que le llevaban. Empezó a crecer y engordar, en 1882 después de 17 años, tenía una altura de doce pies, pesaba 7 toneladas, la trompa era de siete pies de largo. Era el elefante más grande en cautiverio.
Durante sus años en Londres, fue visitado por Theodore Roosevelt, Winston Churchill se retrató a su lado, todo el que llegaba a la ciudad quería verlo. Los periódicos del mundo lo mencionaban en sus páginas. El archi-conocido Phineas Taylor Barnum, dueño del Barnum and Bailey Circus, hizo una oferta tentadora al London Zoological, de $10,000 por"Jumbo", que fue aceptada. Las protestas de políticos, y organizaciones decían que los niños adoraban a "Jumbo". La reina de Inglaterra Victoria, el Príncipe de Wales, pedían que se rompiera el contrato de venta. El embajador de los Estados Unidos en Londres decía que el único problema entre los dos países era la compra de "Jumbo" y su viaje a América. La corte de Londres decía que el contrato era legal y no se podía anular.
El transporte del elefante al barco que lo iba llevar fue especialmente diseñado y reforzado, para evitar un desastre. El transporte con unas puertas grandes fue llevado al lugar donde dormía "Jumbo" para que se fuera acostumbrando. Al tercer día cuando entró, las rejas fueron cerradas, el animal trato de salir pero le fue imposible. Daba comienzo el viaje de siete millas al puerto. El viaje duró quince días a Estados Unidos... En su comida se le agregaba una buena ración diaria de bebida, para que se calmara.
El 9 de abril de 1882, llegaba a New York City, miles de personas lo esperaban en los muelles y las calles cercanas. La jaula fue halada por 16 caballos y dos elefantes a través de Madison Square Garden. Al siguiente día de llegar hacía su primera presentación ante el público de la ciudad. Los niños montaban arriba de él en los asientos preparados para dar una vuelta por el escenario. Recorrió todos los Estados Unidos.
En la noche del 15 de septiembre de 1885, acababa de terminar su presentación en el pueblo de St.Thomas, Ontario, Canada. Cuando era llevado al tren donde iba ser transportado con otro elefante "Tom Thumb", el entrenador sintió el ruido de un tren que venía, trato de sacarlo de la línea del tren, pero fue tarde, "Tom Thumb" recibió un duro impacto, quedando muerto, pero "Jumbo" del impacto su cabeza quedó partida y sangraba profusamente. La locomotora quedó partida en dos y dos carros.
La muerte conmovió a miles de personas, en especial a los niños. Barnum mandó a un taxidermista, con la orden de salvar el esqueleto y en especial su cabeza. Al quedar terminado el trabajo pesaba 2,400 libras, siendo transportado en un vagón especial. Fue llevado al Museo de Barnum en Tufts University, en Medford, Massachusetts. Un fuego en 1975, destruyó el museo, pero se pudo salvar el esqueleto de "Jumbo", que fue llevado al American Museum of Natural History en New York City. Walt Disney dió vida al elefante "Dumbo", en recuerdo de "Jumbo".
EL CABALLERO DE PARÍS
El Caballero de París era un hombre que caminaba por las calles de La Habana, vestido con su capa negra, su pelo largo, debajo de sus brazos, una cartera llena de papeles donde él decía que estaban los documentos de su linaje. Registrando en mi archivo he encontrado algunas informaciones sobre él, que voy a traerles a los lectores.
Algunos autores que escribían sobre los personajes y costumbres del ayer, llevaron a sus artículos la figura siempre interesante de El Caballero de París. Según ellos se llamaba José López Lludini, y nació en Fonsagrada, Lugo, España. en 1899. Todos estos datos se pudieron conseguir por una hermana suya. Llegó a La Habana con tres hermanos más, en el barco alemán “Princesa de Cecilia”, en mayo de 1920. José (al pasar los años conocido por El Caballero de París), Antonio, Amancio e Inocencia, mandados a buscar por un pariente.
Al llegar a La Habana, José empieza a trabajar en hoteles, entre ellos ‘Telégraph”. “Sevilla” y “Manhattan”. más tarde en el restaurante “Las Tullerías” de Monserrate y Obrapía. Según aquéllos que han escrito sobre él, dicen que se enamora apasionadamente de la hija de un médico, el nombre de la amada, Mercedes, a la que él llamaba Merceditas. Los padres de ella se oponen al noviazgo por la diferencia de clase. Ella era la hija de un médico conocido, y él un simple empleado. Era un hombre trabajador. Al fin, cuenta la historia, pudo más el amor, y los jóvenes se veían con permiso de los padres de ella. Eran felices.
Mercedes se enferma, su padre la atendía, pero al ver que la enfermedad era más peligrosa de lo que al principio pensó, consulta con otros médicos. José la iba a ver los días que le permitía el trabajo. Al saber lo delicada que se encontraba, se llenó de temor. El trataba de ahorrar hasta el último centavo de su dinero para el matrimonio. Al ser llevada a una clínica, los pocos días que vivió, él no dejaba de ir a verla. Se quedaba en los pasillos, o debajo de los árboles de la entrada, rezando por su curación. La madre lo deja pasar cuando ya se esperaba que muriera, y abrazado a ella le juró amor eterno. Promesa que cumple hasta sus últimos días.
La muerte de ella lo afectó en su manera de vivir, se vuelve un hombre descuidado, pierde el trabajo. Empieza en su largo peregrinar por las calles de La Habana. A nadie molestaba, a nadie le pedía nada. Su mente se fue perdiendo, y sólo el recuerdo de su amada se mantenía firme en él.
Nadie lo molestaba en su recorrido por las calles de la ciudad, con su carpeta llena de papeles, vestido con una capa negra, su larga melena, y se declaró ‘Rey del Mundo”, de su mundo, y proclamó que “el mundo estaba a sus pies”. Los periodistas y costumbristas tejieron sobre su persona un mundo de fantasía y leyenda.
Vino la revolución castrista y lo llevaron para un asilo, le cambiaron la ropa, pero no su personalidad. Fue siempre su majestad el “Rey del Mundo”.
Recuerdo que una vez en la casa de mis padres en la Avenida de Carlos III, mi madre tenía unos rosales, y un día toca a la puerta de la casa, y le dice a ella, si le podía dar unas rosas para su novia, mi madre le cortó varias y se las envolvió en un periódico, y muy gentil le dijo “gracias” y se fue.
Una amiga mía, la profesora Martha Henderson, me cuenta que siendo ella alumna de la Escuela de Kindergarten de La Habana (1949-1952), vivía en el Reparto La Sierra, y un día El Caballero de París se paró frente al jardín de la casa, le hizo una reverencia. y le dijo: —distinguida joven, ¿tendría usted la cortesía de ofrecerme una rosa?
—Le corté dos y se las di; él las besó e hizo una reverencia, dando las gracias usando un lenguaje florido.
Cuando deambulaba por las calles de aquella Habana, acogedora y romántica, cada vez que se encontraba con alguna joven que le recordaba a su Merceditas, la seguía y le preguntaba su nombre y le hablaba del amor perdido.
En el muro del Malecón se le veía muchas veces contemplando el mar azul durante mucho tiempo, quizás, pensando que allá en lo infinito estaba su tierra natal, Lugo. Otras veces se le veía en el cementerio de Colón, donde se encontraba la tumba de su amada. Se pasaba las horas sentado, las lágrimas corrían por sus mejillas.
Muere en el mes de julio de 1985. Pasaba de 85 años, se fue a reunir con su amada Merceditas.
Estos versos son para aquel Caballero Caminante, que llevó el recuerdo de su amada a través de los años y quizás, al momento de su muerte, su último pensamiento fue para ella:
‘Hace años que te fuiste de mi lado,
tu recuerdo lo he tenido presente
a través del tiempo y la distancia
y al fin hoy me voy a reunir contigo
para no separarnos jamás”.
Tania Caridad: La Luna y El Mar.
Autora: Blanca M. Segarra, Miami, 1999.
Comentario: René León
Tengo en mis manos un libro que una madre dedica a su única hija, asesinada por un hombre malvado.
“A mi hija
No quiero ser ésa que se viste de luto y llora
por un tiempo el dolor de una vida”.
En el libro encontramos el amor de ella por su Tania Caridad. Los versos reflejan su dolor, y angustia. Desde el primer momento que los leí creí que eran parte de mi vida, me sentí parte de Blanca. Al ver la foto de Tania Caridad, su cara traslucía inocencia y candor. Blanca, en su soledad, dice:
“¡Mi corazón voló al cielo/ y se arrodilló ante Dios/ a pedirle de favor/ que me otorgara consuelo”/ Mi sangre se congeló/ en mis entrañas deshechas/ destruyeron la cosecha/ que mi vientre cultivó/ y sigo confiando en Dios/ y sigo teniendo fe/ aunque se llevó la flor/ que con mi savia sembré”.
La finura de la tez de Tania Caridad, joven, ojos negros y anchos que titilaban inteligencia. Algunas veces su mirada juvenil se perdía en lontananza, otras era silenciosa caricia. En sus labios, un mohín infantil. Cuando conversaba con sus compañeros de trabajo, la dulzura de su habla.
Blanca, en “Bálsamo”, dice:
“Tanita es algo más que Luz Dorada/ fría, aterciopelada/ que llega junto a mí;/ es un ave que canta en mis entrañas/ una pena inmortal que no me daña/ ni se aleja de mí./ Tanita es ver el ocaso cada tarde/ soñando con el alba al nuevo día/ es una brisa suave de alegría/ aliviando la herida que me arde”.
En el vivir nuestro de todos los días, nos rebelamos muchas veces contra nosotros mismos; pero en las horas de tedio la tristeza va confortando nuestro espíritu. El tiempo transcurre y lo tratamos de detener, pero es imposible, porque todo es angustia, alegrías y esperanzas.
Miramos al cielo y las nubes son siempre distintas, siempre las mismas. El tiempo pasa, reina el silencio. El recuerdo de Tania Caridad me envuelve, parece como si ella caminara a mi lado, y el cielo azul y las nubes redondas, blancas, pasan lentamente, nubes fugaces e inmutables; y su madre, Blanca, dice:
“Dicen los que creen todo saber, que el dolor más fuerte que sufre una mujer es traer un hijo al mundo y yo digo que no, que el dolor más profundo no es tenerlo, es perderlo”.
En su corta edad, Tania Caridad nos dejó unos versos donde ella dice:
Mi mar
Me preguntaste ayer qué me gusta más que el mar
fue tan fácil responder
no existe nada en el mundo que me pueda gustar más
si me preguntas porqué, no sé si pueda explicar.
Me gusta verlo calmado, sirviéndole al Sol de espejo
y si refleja la Luna, no sé cuántas cosas siento
me gusta sentir la arena, perdiéndose entre mis dedos
y acostarme sobre ella para buscar mi lucero.
Me encanta si está furioso, en esas noches de invierno
cuando sentada en la playa tengo como amigo al viento
él me trae los recuerdos más bellos de mi niñez
y con ellos las nostalgias de aquél que nunca olvidé.
Me fascinan sus misterios, me aterra su inmensidad
y pensar que él está tan lejos me da ganas de llorar
para mí ellos dos son uno y no lo puedo evitar
si no importa lo que haga, él sigue siendo mi mar.
8-27-94
Todo está en silencio. Blanca parada en el balcón mira a lo lejos el mar, y de él le llegan los recuerdos de su Tania, que amaba el mar. Ella desea vivir hora por hora, minuto por minuto, en una serenidad inalterable. Que nadie rompa su paz interior, de luz. El tiempo camina lentamente, y los recuerdos llegan. Se desliga de todo lo que le rodea, el transcurso de las horas y días. El cielo está limpio, y las horas van pasando lentas. El aire vivo y sutil le tonifica los nervios. ¡Oh sueños felices de amor y contento! Ella quisiera detener el tiempo, es algo imposible, porque al darnos cuenta han pasado días, semanas, meses y años.
A Tania Caridad con mucho amor,
René León
Visita de la corbeta-escuela española "Nautilus" a la Habana
René León
La guerra entre España y Cuba, terminó el 12 de agosto de 1898. Estados Unidos de Norteamérica entró en ella cuando ya el ejército español estaba derrotado por las fuerzas cubanas. El 20 de mayo de 1902, Cuba se integra a los gobiernos establecidos en el mundo hispano. Las relaciones con España siempre fueron cordiales, no hubo en la derrota ni persecuciones, ni venganzas contra los españoles y sus simpatizantes. Ningún barco de guerra español había visitado la isla. En un principio el gobierno español esperaba que al llegar al puerto de La Habana la corbeta-escuela "Nautilus", no fuera bien recibida por el pueblo cubano, sin embargo ningún rescoldo hubo entre cubanos y españoles, se respiraba un aire de hermandad y fraternidad.
El 24 de junio de 1908 el vigía del Morro señaló a lo lejos en el horizonte las velas del barco español. La entrada al puerto se encontraba llena de pequeños botes, veleros, barcos y el remolcador que lo iba a esperar para llevarlo dentro de la bahía. Las playas cercanas y el Malecón estaban llenos de público. Los edificios colindantes a la bahía estaban adornados con banderas de Cuba y España. La ciudad entera les iba a brindar un recibimiento apoteósico.
El Ayuntamiento de La Habana acordó tomar parte activa en los festejos que durarían catorce días en honor de los marinos-cadetes y oficiales españoles. Las sociedades regionales, comerciantes, industriales, veteranos cubanos de la guerra de independencia, miembros del congreso, funcionarios americanos , el pueblo en general los recibió con entusiasmo y cariño. La visita del "Nautilus" marcaba para la historia de Cuba y España una página de gloria, y sincera amistad.
Los voladores dieron la señal de la entrada de la corbeta-escuela, el pueblo en general sin distinción de clases corrió hacia la Avenida del Golfo. Todas las embarcaciones, llenos sus palos de banderas y adornos, los esperaban a la entrada del puerto, para luego escoltar la corbeta dentro de la bahía. El remolcador "Pablo Gamiz" fue en busca del "Nautilus". Al entrar en la bahía las baterías del Morro retumbaron con los cañonazos de saludo. Las sirenas de los barcos, gritos de "Viva Cuba" y "Viva España", de entusiasmo llenaron la ciudad.
Subieron a bordo las diferentes comisiones de recibimiento. La primera fue la del Ayuntamiento y los veteranos de la guerra de independencia, con un representante del gobierno interventor americano. Las Sociedades Españolas, los diarios de la ciudad que desde el conocimiento de la visita habían participado en el recibimiento, estaban representados por el Diario de la Marina, Unión Española, Diario Español, Avisador Comercial, El Comercio, La Lucha, El Mundo, El Triunfo, Havana Post, El Fígaro, Cuba y América, y otros.
Fueron días de regocijo en general, los marinos y oficiales fueron invitados a las diferentes sociedades, hospitales, clubes; se dieron bailes y comidas en honor de ellos, recibimiento que ellos nunca olvidarían.
Sobre la visita varias personalidades cubanas se expresarían así :
Néstor Carbonell: "La unión de cubanos y españoles, -que nada ni nadie romperá- ha dicho en tono imperativo a los codiciosos que han venido a esta tierra a sacar de sus entrañas oro, a corromper nuestras costumbres, a dividir sus habitantes y a prostituir la conciencia popular, que la independencia de Cuba está como nunca asegurada; asegurada para ahora y para después, y para mientras impere en los pechos cubanos el amor y el patriotismo".
Enrique José Varona: "No sólo para los cubanos, sino para cuantos se interesan por Cuba, resulta un hecho altamente satisfactorio la visita de la "Nautilus". El influjo de las ideas de nuestra época es bien visible en este suceso, y puede parangonarse con otros ocurridos a nuestra vista. Todos tienden a demostrar que las ideas políticas han entrado en un período de apaciguamiento, el cual promete días mejores a la conturbada humanidad".
José Lacret Morlet: "En ninguna ocasión más propicia podrían haber llegado esos distinguidos españoles, y decimos esto porque en ningún momento como en el presente, en las circunstancias en que nos encontramos (intervención americana) precisa es y hasta salvadora la unión más estrecha y fuerte entre cubanos y españoles, para conservar en esta tierra que fue rico florón de Castilla, hoy República de Cuba, la raza de nuestros antepasados, su amor y civilización. La presencia del "Nautilus" en nuestras aguas lejos de avivar recuerdos y odios pasados, fortifica el sentimiento y alienta el espíritu nacional del pueblo cubano".
Al referirse las anteriores personalidades a la situación de Cuba, se refieren a la intervención americana en el país, al pedirla el presidente don Tomás Estrada Palma, para no entregar el gobierno a manos del congreso, que fue la más grande estupidez de Estrada Palma.
Como es natural siempre hay comentario contrario y fue un artículo en el Sun de Nueva York, relativo a la visita del "Nautilus": "Diez años después de la guerra que separó a España del resto de sus colonias del Nuevo Mundo, el pequeño barco escuela "Nautilus" ansiosamente esperado, por su tardanza en el Atlántico, entró en el puerto de la Habana, cruzando a remolque las sombras del Morro y la Cabaña, (de sangriento recuerdo está última,) como si estuviese reacia a figurar en los festejos que los españoles expatriados preparaban en su honor, por ser la primera nave de guerra que enarbolando la bandera roja y gualda de España, llegaba a Cuba después de su independencia... La guerra con los Estados Unidos, largo tiempo esperada y siempre temida, le arrebató las últimas joyas de su corona colonial, y hoy vive escondida en su última concha "Nautilus".
Como es natural el Sun siempre se había distinguido por las críticas a España y a los mismo cubanos durante la guerra de independencia. Pero entre tanta inmundicia, el corresponsal del Diario Español en Washington, publica la historia del célebre capitán Richmond Hobson, que hundió el "Merrimac", diputado por Alabama, en una conferencia dada en la Academia Naval de Annapolis, a los guardiamarinas americanos, al referirse a lo que él entiende por deber y disciplina, en los marinos o soldados, cuenta la historia de lo sucedido en Santiago de Cuba, después de terminada la batalla naval. Pide permiso para visitar el barco español semihundido "Vizcaya": "...allí vi a un marinero español, completamente carbonizado que, por un raro fenómeno de equilibrio, se mantenía de pie y agarrado a las manivelas de la válvulas de vapor. La muerte le sorprendió en esa actitud. Cuadro tan terrible y tan hermoso, me produjo tal emoción que me quité la gorra ante aquel héroe anónimo y modestísimo marinero del "Vizcaya" y pensé: "Esta es la estatua del Deber". "Jóvenes, pensad en el marinero español carbonizado".
Otra anécdota también del Diario Español, fue la referida a él por el comandante del crucero "Nevada", H.P.Huse: "Era por la tarde, ya casi al final de la batalla: hacía un calor terrible. Yo estaba de servicio en el "Glowcester". De repente un oficial dio la voz de alerta. Uno de los torpederos españoles se nos venía encima. Como es natural, todos los fuegos de nuestro barco se concentraron en el diminuto barco español (el "Plutón" o el "Terror", si mal no recuerdo) sobre él mandamos una verdadera lluvia de metralla. Claro es que nosotros, la oficialidad, no perdíamos de vista al torpedero español; con los anteojos podíamos ver la cubierta; los marineros españoles, unos inmóviles...¡muertos! otros arrastrándose por el puente...heridos que aún luchaban entre la vida y la muerte: los charcos de sangre que iban de babor a estribor o de proa a popa según el balance de la nave. Desde el barquito español no se hacía ni un disparo. No obstante seguía avanzando sobre nosotros. De pronto, de una de las escotillas del barco vimos salir a un oficial español, descalzo y ensangrentado o lleno de manchas de sangre: con la gorra tirada hacia atrás miró aquel espectáculo espantoso de hombres muertos o agonizando; de piezas desmontadas... ya estaba tan cerca el torpedero que hasta disparábamos con los cañones revólvers, sin buscar protección de ninguna clase, aguantó de frente, y al descubierto tan terrible fin, como el que ya espera nada más que morir, pero morir como un bravo, y con la sangre fría y con un valor admirable, sacó una petaca, hizo un cigarrillo de papel, encendió una cerilla y guardando el equilibrio como pudo para no escurrirse en los charcales de sangre que corrían por la cubierta, se puso a fumar impávido... En aquel momento me apercibí de que el timón del torpedero estaba hecho pedazos; que el barco estaba sin gobierno: que la corriente era la que lo traía a la boca de nuestros cañones y mandé parar el fuego... vimos que aquel oficial era el único superviviente de la nave. Espontáneamente, de todos los pechos de los tripulantes, salieron tres ¡hurras! francos y nobles, vibrantes de entusiasmo y admiración por aquel valiente caballero oficial de la marina española, y era curioso el ver a los marineros americanos vitorear a España, en el mismo momento de la lucha, cuando las pasiones son más violentas... Siento no recordar el nombre del oficial español, pero si alguna vez tiene usted, (al reporter del Diario Español) oportunidad de verlo, hágale usted saber el profundo respeto y admiración por él". Esos son dos ejemplos del valor de los marinos españoles.
A las dos de la tarde, del 9 de julio de 1908, se oyó la voz de ¡babor y estribor de guardia!. El remolcador tomó las estachas y lentamente fue moviendo al "Nautilus" fuera de la bahía, pasando frente al "Morro" y "La Cabaña". El Malecón habanero, desde la calle de San Lázaro, a los muelles de Luz, y las azoteas de los edificios se encontraban llena de público. Al quedar libre el "Nautilus" fuera de la bahía, se fue alejando lentamente, los últimos barcos que lo iban acompañando se fueron retirando, las sirenas sonaban, las campanas de las iglesias cercanas lo despedían. El recuerdo de la visita de los marinos españoles había quedado en el corazón del pueblo cubano.
E.P.D.
EL PAPA DEL PUEBLO
En este mundo de cambios bruscos y de desavenencias entre los hombres, es un caso extraordinario haber contado con un Papa quien fue un líder nacido, el que cumplió con su rebaño espiritual y llegó a ser de una influencia mundial enorme.
Juan Pablo II logró establecer cambios necesarios en la Iglesia, aunque actuó con cautela acerca de innovaciones drásticas que pudieran haber tenido consecuencias y, tal vez, dividido a la Iglesia Católica.
Ser ‘un hombre bueno” no fue suficiente para Su Santidad. Dotado de una extraordinaria vitalidad y, por haber sido Karol Woijtila un atleta y cantero profesional en su vida secular, se le considera el Papa más viajero de todos los tiempos. Por supuesto que, en estos días, el Sumo Pontífice contó con los adelantos del transporte mundial; en todo caso, cualquier persona que viaje internacionalmente podría atestiguar el abatimiento que significa el viajar a diversos países, de distinto horario geográfico, además de la continua movilización dentro del país visitado.
Habría que considerar aquí que el Santo Padre ejecutó estos viajes hasta sólo semanas antes de su deceso, a los 84 años de edad. En vez de esperar que las congregaciones viajaran a tener una entrevista personal con el Papa. o pedir a sus representantes que intercedieran por ellos, nuestro Pastor viajó hacia sus dirigidos, a sus países y a sus templos, para tener un contacto más cercano con sus fieles.
‘El Papa del Pueblo”, como fue llamado, fue un hombre bondadoso y abierto de corazón, muy sincero y con una gran preocupación por los niños y los mayores, además del resto de su grey. Poseyó un sentido del humor respetuoso y sin herir susceptibilidades.
Entre las tantas anécdotas que se recordarán de este Papa, hay una acerca del escritor y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal, quien estaba en la comitiva que recibió al Papa Juan Pablo II al visitar Managua. Cardenal se presentó a dar la bienvenida al Santo Padre sin su hábito sacerdotal. Testigos del hecho cuentan que el Pontífice lo reconvino seriamente por no haber cumplido Ernesto Cardenal con el protocolo de la iglesia. Al mismo tiempo, será difícil olvidar las tiernas escenas de Su Eminencia, cuando bendecía a los niños y posaba los labios sobre sus caritas algo confundidas acerca de quién era el que los acariciaba con tanto amor.
El Pastor de sus ovejas trabajó y rezó hasta dos horas antes de morir; ya que no podía hablar, señaló a los cardenales que debían movilizarse para participar en el nombramiento de su sucesor.
El Primado de la iglesia llegó a ser una figura de gran influencia en la mayor parte del mundo, logrando ser un persona de significado político muy considerado y sin que el Papa se convirtiera en un político, propiamente tal.
Recordemos, meramente, su exitosa intervención para lograr que Polonia, su patria natal, fuera un país libre, de nuevo. Otro aspecto interesante de su Papado, fue el dominio de una cantidad asombrosa de lenguas extranjeras que el Papa podía utilizar para servir a su gran congregación.
En comparación con Papas anteriores, recordamos que, de muchachos, nos admiraba las pocas veces que podíamos ver al Santo Padre de ese entonces, en los noticieros fílmicos o en las fotos de los diarios. En cambio, Juan Pablo II apareció prácticamente cada semana en la televisión y, ello, además del contacto personal que tuvo con sus hijos, en sus diversos viajes.
Dicen que Dios sabe lo que hace y no tengo intención alguna de discutirlo, pero es mi opinión que hemos perdido a un paladín del Cristianismo, capaz de influir en este álgido mundo y cuando más necesitan los hombres de comprensión, perdón y el ejemplo de la extraordinaria figura pública y eclesiástica del recordado Papa Juan Pablo II.
El cese del Colonialismo Español en Cuba se hizo público en Cuba, el 31 de diciembre de 1898
El 10 de septiembre de 1898 se reúnen por primen vez; en la ciudad de La Habana, las comisiones militares (española y norteamericana) para la evacuación de las tropas españolas y la entrega del poder total a las autoridades americanas. Por la parte de España, el general segundo cabo Julián González Parrado, el al mirante Vicente Manterola y el licenciado Rafael Montoro, Marqués de Montoro, secretario de Hacien da del gobierno autonómo, el secretario auditor Manuel Gitante y de intérprete el comandante J. Benítez; por la parte americana el almirante William T. Sampson y los mayores generales James T. Wade y M.C.Butler, figurando de secretario el general J.W. Clous, y de intérprete el capitán C. Hart. Los cuales tomaron los acuerdos finales para la entrega de poderes para el 1 de enero de 1899.
Los cubanos contentos por saber que pronto el poder español finalizaba confiaban en las autoridades americanas, que después de elecciones generales entregarían el poder a los cubanos. La incertidumbre era general y sabían que la intervención, era la última etapa.
El Comité Patriótico de La Habana, solicitó autorización al general W. Ludlow, que era el comandante de la plaza, el permiso para celebrar durante una semana, con actos públicos, el cambio de bandera, permiso que le fue negado, el 29 de diciembre, por el general Ludlow, y decía que “...para evitar el desorden y conservar la paz pública, supremo deber de todos durante este crítico período” y agregaba “las autoridades americanas simpatizan plenamente con el sentimiento cubano de alegría y al propio tiempo, más adelante, cuando la situación se hallé más consolidada tendrán el placer en promover y tomar parte en los proyectos...” En todas las ciudades y pueblos se hizo lo mismo. El general John R. Brooke invitó a los miembros del Ejército Libertador, que eran residentes de La Habana, para que acudiesen al”Hotel Inglaterra” a las 11 de la mañana del 1 de enero, “,.con uniforme y armas, si lo estimaban conveniente , para que los acompañaran en el acto de traspaso de poderes. Los oficiales respondieron que iban a participar en la ceremonia de cambio de banderas y de poderes.
Perfecto Lacoste, presidente de la Junta Patriótica, se dirigió al pueblo de Cuba, el 31 de diciembre, haciendo un llamado, y terminaba con estas palabras: “¡Cubanos! ¡A las 12 del día de mañana, al resonar el primer cañonazo que señala la terminación del dominio español en Cuba, engalanemos nuestras casas!”
Desde las primeras horas de la mañana del 1 de enero de 1899, las tropas norteamericanas fueron ocupando las plazas y calles principales de la ciudad. El pueblo en general ese día madrugó temprano. Era el día final de la dominación española en el Nuevo Mundo. El general Fitzhugh Lee, al frente de su tropa, la división del 7º Cuerpo compuesto por 7,500 soldados se situó a todo lo largo de la calzada de San Lázaro. En la Plaza de Anuas y en los alrededores la Cortina de Valdés, se encontraban las tropas americanas, para esperar la sustitución de la bandera española por la norteamericana. Los regimientos 8vo y l0mo cuidaban el orden en el área señalada.
Faltando quince minutos para las doce, se presentaron la oficialidad americana y los generales cubanos invitados. En el Salón del Trono de la Casa del Gobierno el general Jiménez Castellanos, acompaña do de su Estado Mayor, recibió a las autoridades americanas. Cuando empezó a sonar el reloj del Palacio de Gobierno a las 12 del día, una salva de 21 cañonazos saludó la enseña española que descendía del mástil, izándose después con 21 cañonazos la bandera norteamericana. El general Jiménez Castellanos leyó el documento de entrega de poderes de España a Estados Unidos.
Según el reportero del diario “La Lucha”, nos refiere que al momento de despedirse el general Jiménez Castellanos, que vestía un traje sencillo e insignia en el Salón del Trono,”...las fuerzas le faltaron, las lágrimas corrieron por sus mejillas y solamente pudo decir con voz ahogada: “Señores, me he encontrado en más combates que pelos tengo en la cabeza, nunca en ellos desmayó mi espíritu; pero hoy, ya no puedo más... Antes de embarcar en la chalupa que lo llevaba al barco de guerra, le dijo al general Clous:”General, yo le aprecio verdaderamente lo único que le deseo a usted antes de partir, es que no tenga usted que atravesar un trance como el que yo estoy pasando”.
El mismo diario “La Lucha”, reportaba, en el número del 2 de enero de 1899, que “cuando faltaban pocos minutos para las doce, el numeroso público que estaba situado en el Paseo del Prado y en la plazoleta, se dirigió en compacta muchedumbre a La Punta para presenciar el cambio de banderas en El Morro”. El público observaba todo aquello, sigue el reponer “en el público reinaba un silencio absoluto. ..muchos dirigían la mirada con sus anteojos a la vieja fortaleza donde se había de llevar a cabo el trascendental suceso...Fue un momento de verdadera expectación”. Cuando fueron disparados los cañonazos al bajar la bandera española, y se hizo lo mismo con la bandera americana pero al ser izada, el público, prorrumpió en aclamaciones de “Viva Cuba” y “Viva Estados Unidos”. Cohetes, voladores y globos que al quemarse desprendían vistosas banderas cubanas que volaban por toda la bahía.
Las salvas de honor fueron hechas por los cruceros, Brooklyn, Texas, Cincinnati, Topeka, Resolute y Castine. Cuatro remolcadores americanos estaban cerca de ellos. El réporter de “La Lucha”, dice que el primer buque que entró en el puerto después de izada Ja bandera fue el vapor noruego Kitty, procedente de Mobil, con carga general.
Provisionalmente el gobernador Brooke escogió el “Hotel Inglaterra” como oficina de gobierno, hasta que se acondicionara el Palacio de Gobierno o de los Capitanes Generales “que fuera puesto en condiciones higiénicas”. El diario “La Lucha”, a pesar del gobierno haber suspendido las fiestas de celebración, dice que “...durante la noche se estuvieron encendiendo hermosas luces de bengala en innumerables casas y los voladores no cesaron de dispararse en todas las calles y a todas horas”.
En Clave de... ¡Mujer! de Eliana Onetti
Escribir, para Eliana Onetti, es un modo de servir; la sinceridad con que desahoga las emociones; la vida, la realidad objetiva; se desprende de las cosas que la circundan, y crea versos de suma belleza de una realidad ideal... Usando el idioma como instrumento humano.
Enrique Anderson Imbert, dice: "La poesía es un modo de asomarse a las cosas, una perspectiva, es decir, una forma interior del espíritu".
En su poema "Consejo" ella dice:
"Abre, niña, tus ventanas a la luz.
Haz que el so1 .penetre a raudales.
No veles con el tul de los cendales
la fresca belleza de tu juventud".
En " Amanecer" dice:
"La bruma, cual cendal luminiscente,
envuelve en halo plúmbeo la montaña.
El aire sonrosado y transparente
bosteza con tranquilas bocanadas
y flota en el espacio 1aquimera
como una garza quieta,. como garza".
Ella deja perenne huella, como la artista de la palabra, que remeda con facilidad el aliento poético, el ritmo y la estructura del párrafo. Su concepto de la vida y muerte. El valor espiritual y moral. Su predilección por la frase breve y sus recursos estilísticos que hacen su pluma tomarse en cincel. Ternura y simpatía hacia el género humano.
En "Amor amor", ella nos dice:
" Espina verde,
te llevo dentro.
Te siento siempre,
dardo certero.
Te pienso mucho,
martirio tenue.
Tibieza dulce,
te saboreo.
Margarita Sánchez comenta: “Hoy he compartido esa íntima y variable soledad mientras late contenida en un libro de poemas de pequeño formato y gran contenido titulado En Clave de…¡ Mujer!, traducida a un lenguaje inteligible, claro y sencillo a la vez que culto y profundo. La he sentido dignificada, desprovista de la lógica ñoñez y elegantemente diseccionada...".
Su poesía es comunicable en término de experiencia, lenguaje y emociones. Para hacer una poesía. es necesario que se entienda; que la expresión en palabras sea eficaz. para añadir distinción, claridad y armonía. Así. es su poesía con todos los ingredientes necesarios que se necesitan para una poesía de calidad. ritmo y belleza.
En "Un Lugar Para Cada Cosa". dice:
"Un lugar para cada cosa:
para tu mirada,
un cielo de esperanzas de mañana;
para tu ambición,
un mundo que se yergue en lontananza;
para tu frente,
dos manos frescas atemperando el. ardor de la jornada”.
En estos versos podemos ver su expresión. donde ella añade claridad y armonía. Potencia en el lenguaje, y en la descripciones. de la naturaleza, con el sentido exacto de la realidad. Hacer poesía es la actitud de transmitir, la emoción, pasión. y el espíritu que se siente.
Roberto Soto Santana en el prólogo, comenta: "En Clave de…¡Mujer! es un poemario que trata sobre la angustia existencial, pero en un sentido que no es ni contemplativo. ni nihilista, ni romántico, ni escapista Su actitud es de lucha aceptada no con resignación, sino con valentía y estoicismo, de hallazgo de la belleza en aquellos rasgos interiores y actitudes excepcionales del prójimo...".
La poesía de Eliana Onetti está llena de ritmo, dinamismo, y logra con palabras la eficacia en su manera de expresar sus emociones que ceden el paso a la imaginación como expresión individual; y el. resultado no puede ser otro, que ser parte de la vida misma.
René León
Leyenda Africana: Obatalá y Orula
René León
Fue Leo Frobenius el primero que registró y recogió las historias y leyendas africanas a principios de las décadas del siglo XX. Recogió el material, de la tradición oral africana contada por los "diali" o juglares negros, que eran los encargados de mantener la historia de cada tribu o nación. Propagaban los hechos épicos por medio de la narración oral, unidos a los gestos algunas veces directamente con acciones escénicas.
En Cuba las leyendas que se recopilaron de origen africano, fue gracias a los investigadores de finales del siglo pasado durante la época colonial, otras, a principios del siglo XX. La transculturación se iba produciendo en todo el país: cultura cubana, cultura mestiza y cultura mulata. Fernando Ortiz historiador y etnólogo cubano, decía sobre ello, que era un "ajiaco".donde se habían fundido distintas culturas. Los negros esclavos habían llegado primero de España y Portugal, después directamente de Africa, arrancados violentamente de sus regiones. Guinea, Congo, Angola, Mozambique, y otras partes del Continente Negro.
Los mitos son narraciones, dice William Bascom, "en la sociedad en la cual son contados, se consideran como acontecimientos verdaderos que ocurrieron en un pasado remoto". Leyenda es una narración auténtica adornada con material histórico y muchas veces se considera histórica. Los pueblos conservan muchas de estas leyendas y mitos que son transmitidas de generación en generación. La Fantasía y la ignorancia alientan estos relatos.
Los negros llegados a Cuba de una misma tribu constituyeron a mediados del siglo XIX asociaciones llamadas Cabildos, donde se reunían en sus barracones después del trabajo agotador o en los muelles de La Habana o Matanzas, y se reconfortaban por breves momentos con el relato de sus mitos o leyendas. Gracias a la contribución de estos juglares se han podido salvar estas historias del caudal africano.
Hacía tiempo que Obatalá venía observando lo inteligente que era Orula...En más de una ocasión pensó entregarle el mando del mundo, pero se ponía a reflexionar su propósito, y desistía, pensaba que Orula era demasiado joven para una responsabilidad tan grande, a pesar de demostrar juicio y seriedad en todos sus actos. Un día, Obatalá quiso poner a prueba a Orula y le ordenó que preparara la mejor comida que el pudiera hacer.
Orula escuchó los deseos de Obatalá y sin responder se dirigió al mercado cercano, con el fin de comprar una lengua de toro. La condimentó y cocinó de manera tan singular, que Obatalá, satisfecho se relamía de gusto. Al terminar la comida Obatalá le preguntó la razón por la cual era la lengua la mejor comida que se podía hacer.
Orula le respondió a Obatalá:
—Con la lengua se concedé haché, se ponderan las cosas , se proclama la virtud, se exaltan las obras y maneras, y con ella se llega, también, a encumbrar a los hombres.
Había transcurrido un tiempo y Obatalá quiso que Orula le preparara de nuevo una comida, pero esta vez debía ser la peor que se pudiera hacer.
Orula volvió al mercado, compró una lengua de toro, la cocinó y se la presentó a Obatalá. Y al ver Obatalá la misma comida que le había preparado Orula como la mejor, le dijo:
—Orula, ¿Cómo es posible que al servirme esta comida me confesaras que era la mejor y la presentas ahora como la más mala?
Orula le respondió a Obatalá:
—Entonces te dije que era la mejor, pero ahora te digo que es la peor, porque con ella se vende y se pierde a un pueblo, se calumnia a las personas, se destruye su buena reputación y se cometen las más repudiables vilezas...
Obatalá, maravillado al ver la inteligencia y precocidad de Orula, le hizo entrega, desde ese momento del gobierno del mundo.
Nota: Obatalá. En la religión africana, es el más poderoso de los seres creados. Etimología de oba-ti-nlá rey que es grande. Y de oba ti alá, rey de blancura o pureza. Identificado con Cristo según los cristianos que es la divinidad superior. En Cuba, se identifica con la Virgen de las Mercedes, también con el Santísimo Sacramento.
CON MI AMIGO PEDRO CONDE
He ido a visitar a mi amigo Pedro Conde, un hombre que se pasa sirviendo a todo el que lo necesita. Sin mirar a quién. Nos hemos sentado en el portal de su casa. Una tranquilidad momentánea nos rodea; unos pájaros revoletean en los árboles, mientras los hijos de los vecinos juegan en frente de sus casas. El día fresco, el cielo sin nubes, mientras el sol deja caer sus rayos en la tarde. Se oía el trino de un pájaro. Los minutos transcurrían silenciosos.
Nos pusimos a hablar de las navidades que se aproximaban, y recordamos aquellas felices en Cuba de nuestra niñez y juventud, aunque Pedro es mucho mayor que yo. Los recuerdos se fueron acumulando, y quizás por un momento regresamos a la patria ya lejana. Hablamos de las costumbres del ayer, y las de hoy. Qué diferencia tan grande. Las navidades eran fiestas donde la familia disfrutaba desde sus inicios de una felicidad interna; en preparar el día de la reunión familiar, y compra de los juguetes para el Día de Reyes. Pasaban los días, con sus altibajos. Las calles se adornaban de luces y las tiendas vestían sus mejores galas. Ropas, juguetes. En otras vidrieras las figuras de los tres Reyes Magos, y el niño en el pesebre, rodeado de Jesús y María; en lo alto de las vidrieras la Estrella, con sus purpurinos destellos.
Pedro me habló del tiempo que pasó en España y de las navidades lo diferente que eran a las que se celebran en este país. Yo le hablé de las navidades mías allá cuando salí de Cuba, con mi esposa e hijas, en Madrid, todo refulgente de luces sus calles, mucho frío, y el espíritu de navidad. Me pareció extraño todo aquello, después de haber salido de mi país tras largos años de prisión. Mis hijas no recordaban bien las navidades, eran muy pequeñas. Crecieron, pero ya no había navidades, ni se hablaba del Niño Jesús y su llegada al mundo. Todo había cambiado.
Le contaba a Pedro que estando en Madrid, en uno de mis últimos viajes me había pasado algo muy interesante. Estaba en un Hotel de la calle Carretas, a una cuadra de la famosa Puerta del Sol. Me levantaba temprano y me iba a tomar un buen café, con cogñac, para reducir el frío de aquellas mañanas. Después regresaba al hotel, donde leía el periódico, y cuando el día iba levantando me iba a la Biblioteca Nacional, cerca de la Plaza de Colón. Por las tardes recorría las calles, buscando algún libro interesante. Regresaba al hotel y después en las tardes Madrileñas, a caminar y buscar un lugar interesante.
Cerca del Hotel, se encontraba la Plaza de Jacinto Benavente, autor dramático que recibe en 1922 el Premio Nóbel de Literatura, lugar acogedor y bullicioso, que se ha ido adaptando a la vida agitada de la ciudad. Cerca de allí, la iglesia de Santa Cruz. Todas las tardes, a eso de las cinco o seis me sentaba en los bancos, y me ponía a ver el pasar de los transeúntes. Pero en especial a una señora bastante mayor que todas las tardes se sentaba, y le daba de comer a las palomas. Se ponía a hablar con algunas personas, que siempre la saludaban con respeto. Deseaba entablar conversación con ella. El destino me la puso en mi camino.
Sentado estaba una tarde cuando ella se sentó a mi lado, y sin preámbulos me dijo que ella me había visto acompañado de un libro que siempre llevaba., algunas veces tomando notas. Me quedé asombrado de que se hubiera fijado. Le dije que desde que venía a descansar a la plaza, ella me había llamado la atención. Y así, fue como nos conocimos. Le dije que en pocos días regresaba a Estados Unidos. La invité a tomar un café, que ella aceptó, Hablamos de cosas interesantes, del Madrid de los años 30 en adelante. De la guerra civil española. La Paz. De su esposo que era periodista y conocía a muchas personas importantes. De su muerte. Pero lo más importante fue, de Azorín. Ella lo vio caminar por las calles, y visitaba cerca de la Plaza Benavente a un viejo amigo. Un día sentada con uno de sus hijos en el parque, él se sentó y se puso a hablar con ella. Ella lo reconoció por las fotos, él sólo se identificó por Azorín; ella le dijo:”el escritor"; él dijo que sí. El niño, cansado de jugar se sentó al lado de ella. Y se pusieron a hablar de las navidades. Ella le habló de que había leído sus cuentos sobre la navidad. Le dijo que quería que él le dedicara un libro. Azorín le pidió la dirección, y a los pocos días recibió el libro por correo, donde aparecía una historia de navidad.
Buscando entre mis libros, he encontrado uno de Azorín, donde aparece una historia de los Reyes Magos, y voy a transcribirla para ustedes:
"Los tres Reyes han cumplido su misión en Belén; han emprendido el regreso; al llegar a un trivio han de separarse y echar cada cual por un camino. En el trivio ven, sentado en una piedra, un pobre muy pobre; este pobre es acaso el pobre más pobre del planeta; en su persona se concentran todas las miserias; andrajoso, lacerado, maltrecho, acribillado por el dolor, este hombre sentado en la piedra del trivio famoso, representa la suprema desnudez humana. Al verlo Melchor, de un brinco, descabalga y corre a abrazarlo; Gaspar echa también pie a tierra y estrecha en sus brazos al lacerado; Baltasar, con no menor presteza, tiende sus brazos hacia el pobre, le atrae hacia sí y le aprieta contra su pecho. Éstos son los primeros abrazos de grandes Monarcas a un indigente, son la primera manifestación de la maravillosa confraternidad cristiana que con el nacimiento del Niño se inicia en el mundo. No importarán ni las turbulencias, ni las guerras; siempre habrá en el fondo del corazón humano ese sentimiento de amor, amortiguado a veces, pero que no puede morir. Y esos abrazos representan también -hecho de una enorme trascendencia- el ennoblecimiento de la santa pobreza".
Pedro ha oído la historia. La tarde se va oscureciendo, un aire ligero va refrescando. Los niños han entrado en sus casas. Sólo se oye el ruido de los autos que pasan. Fulgen en el cielo que se va oscureciendo, las eternas estrellas. El reloj de la sala rompe el silencio con su tic, tac, tic, tac; a lo lejos ladra repetidamente un perro. Me he levantado, y me despido de Pedro. Él sólo me dice: "Espero que estas navidades sean felices para los dos".
Feliz Navidad para todos los lectores de Caliope en mi nombre.
René León y Mingo
LA RÁBIDA EN EL CAMINO DE CRISTÓBAL COLÓN
En un extremo de la tierra, como si tuviera colgada sobre el mar, se encuentra la ermita de La Rábida. Allí se inició el camino a un Nuevo Mundo, más tarde bautizado como América.
La ciudad principal de la comarca es Huelva, conocida por los antiguos como "Portus maris et terra custodia"; a lo lejos se ven las colinas, riachuelos, esteros y marismas, que van bajando por los canales de Mojarrera y punta Umbría. El río Odiel, que cubriendo con sus aguas la gran marisma que se va extendiendo por el S.E., hasta la punta del Sebo, y allí se une al río Tinto, que se llama asimismo Canal de Palos. La población de Palos de la Frontera y Moguer. Cerca de allí se asienta el convento de La Rábida.
De la comarca nos quedan sus nombres ibéricos, que todavía allá a finales del siglo XV, eran conocidos. Esa región de Iberia se llamó "Tartesia", variación de las palabras ibéricas o éuskaras "Tartaquia o Artelesia". Sus tierras fueron habitadas hace más de tres mil cuatrocientos años por primitivos pobladores. El río Tinto fue denominado "Urión" (agua saludable); el río Odiel fue conocido por "Luz-turia"; la población de Niebla "Hipa" (Pueblo de abajo). Aquel país tartesio, donde se hallaba tharsis, se encuentra citado por sus riquezas naturales en la Biblia y en los poemas griegos.
¿Cómo se llamaba entonces La Rábida? No se sabe. La tradición cuenta que los fenicios y romanos erigieron un templo en recuerdo de Proserpina, hija de Trajano. Más tarde los árabes la llamaron Rábida. Así denominaban ellos a las fortalezas-santuarios, o monasterios habitados por religiosos armados morabitos. Se dice que los ejércitos cristianos de la Reconquista, se apoderaron de la comarca de Huelva a principios del siglo XIII, y con ellos iban los Templarios, y a ellos se le dio el dominio de aquel santuario fortificado. Al pasar los años la orden religiosa de los frailes Menores de San Francisco de Asís, tomó posesión de La Rábida y lo poseyeron por espacio de seis centurias.
Cuando el viajero acude a Huelva y visita el monasterio, queda impresionado por las edificaciones que se le han ido aumentando a través de los años para atracción de aquellos que la visitan. La imaginación de lo que pensamos se ve disminuida ante su presencia. En su alrededor, silencio, soledad. Hoy en día un padre esperando frente a la puerta principal para enseñar a los visitantes los interiores. Sin embargo, los recuerdos históricos excitan el ánimo y al corazón.
Viajeros que a principios del siglo XX pasaron por allí, contaban que se veía una veterana y gentil palmera, que se decía estaba allí desde los tiempos de Colón; se encontraba coronada por arrogantes penachos de sus ramas y constituía su único encanto.
A finales de 1485, sale Cristóbal Colón con su hijo Diego de Portugal con rumbo a Castilla por la vía marítima, para arribar al Puerto de Palos, en el condado de Niebla. Muy cerca de allí se encontraba el monasterio de La Rábida, y el venía sin dinero para cubrir su estancia. Colón contaba cuarenta y ocho años de edad. Si nos preguntamos ¿por qué fue allí? Por lo mismo que acudían otros pobres caminantes a las puertas de los conventos; porque no había encontrado a nadie que le ofreciera acogida en Palos. Los vecinos le informaron del monasterio. Subieron la ladera y pidieron ayuda; pan, agua y lugar donde estar.
Se encontraban en ese momento entre los franciscanos Fr. Juan Pérez y Fr. Antonio de Marchena, sus nombres han quedado en la historia de los primeros años del Descubrimiento. Ambos acogieron a Colón y escucharon sus planes, también sus fracasos en Portugal. Ellos no eran dos personas vulgares, uno era consejero espiritual de la Reina, y el otro versado en los secretos de las maravillas del cielo. Aquellos frailes le ofrecieron a Colón la ayuda que él necesitaba y sus consejos. Tuvieron fe en aquel caminante que había llegado a sus puertas, que iba errando por diferentes países en busca de ayuda para un plan que muchos consideraban errado. Por eso La Rábida fue importante al principio en el viaje de la expedición del Descubrimiento; pensar que después de la salida de las carabelas, sería olvidada por siglos.
Ese modesto santuario que se eleva en el espacio, ante la vista del mar, de donde se vislumbra el impresionante mar, fue un día el camino de las esperadas Indias.
Del Puerto de Palos de la Frontera salieron tres naves hacia lo desconocido, con un grupo de marinos; Colón, Alonso Sánchez, los Pinzones, Pedro Velasco y otros. El camino de las Indias fue sellado y ganado en La Rábida. Siete años duraría el ir y venir de Colón, para que su proyecto fuera aprobado.
Olvidado después del Descubrimiento quedaría el convento. Solamente algún viajero curioso que anteponía sus puertas. Al ser expulsados los frailes, quedaría en total abandono. Los Duques de Montpensier lo visitaron en 1854, y por su ayuda se empezó a restaurar en 1855, siendo declarado Monumento Nacional. En 1868 se le edificaron las habitaciones altas. En 1875 se comprarían la huerta y tierras inmediatas. Al fin España había puesto los ojos en La Rábida.
Cuna del viaje para descubrir un Nuevo Mundo
© René León
A Través del tiempo
René León
En el año de 1675 fue fundado el Real Observatorio de Greenwich, en Inglaterra, siendo la institución más antigua en ese país, con el objeto de ayudar a los navegantes en aquellos tiempos.
El rey Carlos II de Inglaterra, quien era un amante de todo lo relacionado con la Marina de Guerra de su país, decide que se construyera el observatorio, con el sólo objeto de que pudieran hacer las observaciones necesarias para determinar la posición de los buques en alta mar. Cede un lote de terreno en el parque real de Greenwich, que era un lugar de moda en el país, a sólo nueve kilómetros de Londres, lugar muy frecuentado por aquéllos que deseaban batirse en duelo por el honor, o por una ofensa a una mujer.
Es encargado por el rey, Sir Christopher Wren, arquitecto famoso en ese tiempo, para preparar los diseños y construcción del Observatorio, que subsiste desde esa fecha. Es nombrado John Flamsteed, astrónomo, para realizar las observaciones necesarias, con el título de Real Astrónomo, siendo la primera disposición dada por él: "inmediatamente se dedicará con el mayor cuidado y diligencia a la rectificación de las tablas de los movimientos del cielo y de las posiciones de las estrellas fijas, con el objeto de que se pueda descubrir la longitud tan deseada de puntos determinados con miras al perfeccionamiento del arte de navegar". Al momento de ser nombrado en su cargo se le concede a Flamsteed el salario de 110 libras esterlinas al año, con la condición de que usara sus propios telescopios y pagara los sueldos de sus ayudantes. Por espacio de 44 años trabajó, publicando sus experiencias en tres libros titulados "Historia Celestis Británica". Después de su retiro, ocuparon su posición otros famosos astrónomos: Haley, Bradley, Makelyne y Pond. Todos ellos famosos en la historia de la astronomía.
Gracias a Haley, se contribuyó a la aceptación de la teoría de la gravitación de Newton, y profetizó que el cometa descubierto por él volvería aparecer a finales del 1758. Dicho cometa fue descubierto nuevamente en la Navidad de 1758. Antiguamente, los cometas eran considerados como apariciones esporádicas y augurios de mala fortuna. Los trabajos de Haley demostraron que estaban sujetos a leyes naturales y podían ser determinados de antemano.
Bradley contribuyó al perfeccionamiento de los instrumentos y métodos de observación. Descubrió que tenían lugar pequeños cambios durante el transcurso de un año en la posición de algunas estrellas, como consecuencia de la velocidad infinita de la luz; también de desplazamientos pequeños de la rotación del eje de la Tierra.
En el año 1763 James Harrison, hijo de un carpintero, inventó el cronómetro marino, recibiendo 20,000 libras esterlinas de premio, ofrecido por el rey, por lograr un método satisfactorio de determinar las longitudes dentro de ciertos límites de precisión. El cronómetro podía precisar el tiempo y las horas, sin ser molestado por el balanceo de los buques.
Nevil Makelyne introdujo el Almanaque Naútico en el año de 1761, que se ha seguido utilizando a travé de los años. El Observatorio de Greenwich ha mantenido su importancia en el transcurso de los años. Hay una frase conocida mundialmente la "hora de Greenwich", se da a entender con ella que es la hora oficial en el mundo entero.
Antiguamente se basaban las horas en el movimiento del sol. Cuando el sol estaba a plomo sobre la cabeza de una persona, se consideraba era las doce del día, y se ponían los relojes en hora, pero la tierra gira sobre un eje, y varía cuatro minutos por cada grado de longitud hacia el oeste. Los horarios eran confusos, en Inglaterra en especial, en las estaciones de ferrocarril se basaban en el horario de Greenwich y la local, lo cual traía ciertas confusiones.
Fue muy conocido un caso en aquellos años en que un abogado pierde un juicio por haber llegado tarde, que se basaba en la hora de Greenwich y él había llegado en la hora local, y el tribunal se había reunido basado en la hora de Greenwich. Apeló la sentencia basándose en que la hora a utilizar en Inglaterra era fijada localmente, ganando la apelación.
Es en 1865 que se empieza a utilizar en Inglaterra la hora oficial como la dada por Greenwich. Al pasar los años otros países adoptaron esa hora, porque era la mejor para ellos, por comerciar con el país y mantener sus regulaciones. Pero las diferencias continuaban por la distancia de los países. Un telegrama enviado de un país a una hora, llegaba con horas de diferencias a la del otro país.
Al fin se iba a resolver la "hora oficial". Sandford Fleming, emigrante escocés, que había llegado a Canadá, organizó una compañía de ferrocarriles. Se interesaba en resolver el problema de la hora, por la confusión tan grande que había. Haciéndo el siguiente razonamiento: En un círculo hay 360 grados y la tierra se puede considerar esférica. Cada día tiene 24 horas, si se dividen los grados con las horas, el resultado es el número 15. Proponiendo Fleming la creación de una serie de 24 franjas con una anchura de 15 grados cada una, que equivaldría a una hora de tiempo y así se podía disponer la medida del tiempo en la superficie de la tierra. Presentó la solución al Real Instituto del Canadá, demostrando sus ventajas. Se realizó una conferencia en 1884 en Washington, siendo aceptado el nuevo sistema. Adoptando el mundo entero, su hora oficial.
De todas maneras, siempre tenga la batería de su reloj en buenas condiciones y no se confíe, ni en el canto de su gallo en la mañana, ni en que el sol esté a plomo con su cabeza.
Mujeres que vinieron en la expedición de Hernando de Soto a la Florida
El Inca Garcilaso de la Vega inmortalizó la expedición de Hernando de Soto, a través de la Florida. Pero la mayoría de las personas que leyeron la narración nunca pensaron que hubo mujeres en la expedición. Encontrar información sobre aquella época no es muy fácil, porque muchos documentos o han sido destruidos por el tiempo o por el abandono de las personas encargadas de guardarlos, pero todavía se pueden encontrar.
La expedición sale de San Cristóbal de la Habana el 12 de mayo de 1539, y a los diecinueve días llega a la bahía que ellos llaman Spíritu Sancto, conocida por Tampa. Garcilaso nos dice de los barcos que salen, y nos da una descripción de los caballos y cuántos llevan. Que entre soldados, marineros y frailes, había 700 hombres, pero no nos dice nada sobre las dos mujeres que vinieron. Cosa muy normal por aquellos años, que a las mujeres no se les tenían en cuenta, pero no hay que olvidar que muchas de ellas participaron al lado de los esposos y soldados en todas las aventuras que se presentaban a diario.
El Inca separa la narración de la expedición en lo que él llama "libros". En el tercero, en el cap. XXXVIII, Prosigue la batalla de Chicaca hasta el fin de ella. Nos explica cómo muere la única mujer de que hace mención el libro. Francisca Hinestrosa, que estaba casada según él con Hernando Bautista. Ella muere cuando los indios incendian el lugar donde ella se encontraba. Al momento de morir estaba embarazada. Esto sucedía a finales de marzo de 1541, en el nordeste del estado de Mississippi. Ella es la única mujer española que se menciona, no aparece para nada Ana Méndez. Garcilaso, para poder escribir sobre la expedición de Soto, toma la información del relato de Gonzalo Silvestre, que le va describiendo todo lo sucedido. Años más tarde tiene que hacer algunos arreglos, cuando recibe las relaciones inéditas de dos soldados, Alonso de Carmona y Juan Coles, con lo que completaría el libro. Ellos también le dan los nombres de todos aquellos que participaron y se distinguieron. Ninguno menciona a Ana Méndez, pero sí recordaban a la Hinestrosa. Ésta tenía familia en la Habana. Juan de Inestrosa (Hinestrosa) había sido teniente gobernador de la ciudad de la Habana en el año de 1530, y uno de sus primeros vecinos fundadores, siendo de las pocas familias importantes.
Sobre Ana Méndez, tenemos la declaración de Alonso Vásquez, que la pone a ella de testigo por haber estado en la Florida, en la petición de privilegios presentada en Xérez, cerca de Badajoz, en junio de 1560, beneficios que se acostumbraban en esa época a los sobrevivientes de este tipo de aventuras.
Conociendo cómo era la vida en aquellos años, es muy posible que Isabel Bobadilla, esposa de Soto, la enviara para que atendiera a su esposo como sirvienta, y en sus otras necesidades. También hay la posibilidad de que Vasco Porcallo de Figueroa llevara alguna de sus concubinas en el viaje, pero como era mestiza no aparece su nombre. Aquéllos que hemos estudiado la historia de Cuba desde sus principios, nos hemos encontrado con Porcallo desde la conquista de Cuba por Diego Velázquez, y su historia en los primeros años. Sus asientos de indios estaban radicados en Sancti Spíritus y Puerto Príncipe. Se le consideraba en esa época el hombre con más indios, caballos, cerdos y propiedades. Ayudó a Pánfilo de Narváez económicamente en la expedición de la Florida, y pensaba ir, pero al enfermar, se queda. Quizás Narváez no ofrecía las cualidades de mando que sí tenía De Soto. Al irse dejó numerosa familia en Cuba, en especial hijos e hijas de sus concubinas.
Lo más importante es que cada día se irán encontrando informaciones que parecían perdidas con el tiempo. Y prueba de ello es que las mujeres a través de la historia han participado al lado de los hombres en la historia de nuestros países. Si muchos historiadores las han ignorado, la historia misma las muestra tal como eran. Madres, esposas, compañeras, en muchos casos tan valientes como los mismos hombres, que cruzaron un continente a colonizar tierras desconocidas
Todo aquel que quiera tener más información sobre la expedición tiene que consultar el libro del Inca Garcilaso y otro que aporta mucha información es: Final Report of the United States De Soto Expedition Commision; el libro de Buckingham Smith, Narrative of the Career of Hernando de Soto, y Los hombres que acompañaron a Hernando De Soto en la expedición a la Florida, de un servidor.
René León
Los Primeros Españoles en el Área de Tampa
René León
Para muchos que han leído la historia de la llegada de los españoles al área de Tampa, piensan que fue la expedición de Pánfilo de Narvaéz la primera en desembarcar en esta costa. Pero gracias al libro de Álvar Núñez Cabeza de Vaca Naufragios, donde nos cuenta las vicisitudes de los expedicionarios y el trágico final de muchos de ellos, sabemos que no fue así.
Álvar Núñez Cabeza de Vaca, nació en Jerez de la Frontera a fines del siglo XV. No se tiene mucha información sobre su vida antes de venir al Nuevo Mundo. Era nieto del Adelantado Pedro de Vera. Sale de Sanlúcar de Barrameda el 17 de junio de 1527, como tesorero y alguacil mayor de la expedición de Pánfilo de Narváez, que había sido autorizado por la Corona Española para conquistar y colonizar la Florida, lo que nunca lograría. Sólo se salvarían cuatro expedicionarios, Cabeza de Vaca, Alonso del Castillo Maldonado, Andrés Dorantes y un negro esclavo llamado Estebanico de Azarnar. Al regresar Cabeza de Vaca a España después de varios años vagando por tierras desconocidas para él, daría a conocer todo lo pasado en su libro Naufragios.
Al salir la expedición de España y llegar a La Española desertan ciento cincuenta hombres. Salen para Cuba y llegan a la villa de Santiago de Cuba. La suerte siempre sería adversa para Narváez. Envía dos navíos a la villa de Trinidad para recoger suministros prometidos por Vasco Porcallo de Figueroa, y los sorprende un huracán en el puerto de Casilda a dos leguas de distancia, donde quedan destruidas las naves, los caballos muertos y parte de la tripulación desaparecida. Se reponen al llegar Narváez con el resto de los hombres y barcos. Compran otro navío, a los pocos días salen para la villa de San Cristóbal de la Habana a recoger más suministros y hombres, ahora son cinco navíos.
La meta era llegar al área ya conocida de la Florida desde la expedición de Ponce de León. Pero los fuertes vientos del más tarde conocido como golfo de México y el estrecho de la Florida, los lleva a la costa del Oeste, y llegan a tierra el 12 de abril de 1528, y van costeando hasta llegar según Cabeza de Vaca "y jueves santo surgimos en la misma costa en la boca de una baía al cabo de la ciudad vimos ciertas casas y habitaciones de indios". Según algunos historiadores es la bahía de Sarasota, que se encuentra al sur de la bahía de Tampa. Cómo se vera más adelante, la siguiente bahía por su tamaño sería la de Tampa. El autor sigue contando: "...llevamos la vía del norte, hasta que a hora de vísperas llegamos a una baía muy grande, que nos pareció que entrava mucho por la tierra". Más adelante el autor nos va a describir cómo encontraron los restos de otros españoles. Después de contar los pormenores de la expedición se interna tierra adentro pero costeando: " Partido el vergantín, tornamos a entrar en la tierra los mismos que primero, con alguna gente más y costeamos la baía que avíamos hallado, y andadas cuatro leguas tomamos cuatro indios y mostrámos le maíz para ver si lo conocían, porque hasta entonces no avíamos visto señal del." Luego nos dice cómo los indios le dijeron dónde podían encontrar maíz: "...y assí nos llevaron a su pueblo, que es al cabo de la baía cerca de allí. Allí muchas caxas de mercaderes de Castilla, y en cada una de ellas estaba un cuerpo de hombre muerto y los cuerpos cubiertos con unos cueros de venados." Ellos habían encontrado pedazos de lienzo y paños de tela y penachos de la Nueva España. Según Fernández de Oviedo en su Historia General sobre las Indias, dice: “...e preguntado a los indios dijeron por señas que lo habían hallado de un navío que se había perdido en aquela cosa e baía." (p.288) El autor F.W. Hodge en su libro Spanish Explorers in the Southern United States (1528-1543) , Nueva York, 1959, opina que puede tratarse de uno de los naufragios de Lucas Vázquez de Ayllón. En la primera expedición de Ayllón en 1520 salió con dos navíos del Puerto de Plata, a la costa de la Florida. Al regresar uno de los navíos se perdería. Volvería a preparar otra expedición en 1525, que también resultaría en un fracaso, uno de los navíos naufragaría.
El problema más grande que confrontaban los pilotos eran los fuertes vientos del estrecho de la Florida. Antiguamente los capitanes por desconocer las rutas, siempre cogían por la costa sur de Cuba. Es muy posible que uno de estos dos navíos perdidos, sean de Ayllón. Porque de los dos navíos que salieron del Darién y se perdería uno de ellos, fue a parar a la costa de México.
Antes de la expedición de Pánfilo de Narváez, ya habían llegado al área de Tampa otros españoles, siendo estos los náufragos. Gracias al libro de Cabeza de Vaca se pudieron tener estas informaciones, sin este pasaje la historia de los náufragos hubiera quedado olvidada.
Cuando la expedición de Hernando de Soto llega a la Florida, (que fue la que más hombres trajo, más de mil hombres, y trescientos caballos, llega al área de Tampa, el 25 de mayo de 1537), lo primero que hizo fue ordenar a sus hombres ver si había oro. Llega a sus oídos de que en una tribu cercana había un cautivo español, logra que se lo entreguen, su nombre era Juan Ortiz, y había venido en la expedición de Narváez. Ortiz le cuenta a Elvas o Delvas que era cronista de Soto, como se había salvado, gracias a la intervención de la hija del cacique de Ucita, impidiendo que fuera quemado. El relato de Ortiz tiene mucha semejanza a la historia del capitán inglés John Smith de su estancia con los indios en Virginia, donde un europeo o hombre blanco fue salvado por la princesa Pocahontas, y pasado el tiempo se casaron. Si se analiza la historia se vera cierta similitud a la de Ortiz. La crónica de Elvas fue publicada primero y muchos historiadores estiman que la historia del capitán Smith, fue tomada del libro de Elvas. Los estudios de cine de Walt Disney hicieron una película sobre Pocahontas, y esa historia es muy popular en Estados Unidos.
Otra cosa muy importante que muchas personas ignoran, y es que los cronistas españoles publicaron los viajes al Nuevo Mundo; los ingleses, franceses y portugueses, se leían esos libros, para aprender la ruta a América.
Juan Ortiz sería el último expedicionario del grupo de Narváez que se salvó.
Fue Amerigo Vespucci un farsante: El origen del nombre de América
René León
Cristóbal Colón salió de Palos de la Frontera con sus tres carabelas, La Pinta, Santa María y La Niña, el 3 de agosto de 1492, habiendo hecho escala en Canarias, para proveerse de todo lo necesario para el viaje. Al ocaso del 12 de octubre, a los treinta y siete días de navegación descubre San Salvador. La tesis de muchos historiadores es que ya este continente había sido visitado por otros navegantes. Pero el mérito de esta hazaña le pertenece a Colón. El creyó desde el primer momento que había llegado al Cipango, y la nombró Indias. Nunca él supo que había descubierto la ruta a otros navegantes a un Nuevo Mundo.
Amerigo Vespucci nace el 18 de marzo de 1454, en Florencia. Su educación quedó en manos de su tío Giorgio Antonio, que era reconocido como un hombre inteligente. Amerigo aprende el latín, al mismo tiempo que los principales conocimientos de la época. A la edad de 17 años empieza a viajar por Europa. En 1489 viaja a Sevilla, donde está por poco tiempo al servicio de la casa de Lorenzo de Popolano. Regresa a Pisa donde trabaja para varios comerciantes. En enero de 1492 vuelve a Sevilla, empezando a trabajar para Gionetto Berardi, es allí donde se relaciona con navegantes y pilotos españoles. Cuando Colón consigue de los reyes de España la autorización para el viaje, son comerciantes genoveses los que facilitan el dinero para la empresa. Según el fraile Antonio de Aspa, fueron tres los que ayudaron: Jacobo el negro, que tenía mucho crédito en Sevilla, un tal Capate, que vivía en Xeres, y Luis Doría, que vivía en Cádiz. También Berardi que era florentino aportó 180,000 maravedíes. Colón y Vespucci quedan como amigos. Amistad que dura por años.
El trabajar con Berardi y los otros comerciantes genoveses, le da la facilidad de conocer a los capitanes que hacen los viajes a las Indias, que sería como se le llamaría a las nuevas tierras descubiertas. Va adquiriendo conocimientos con cada barco que llega, y le van facilitando informaciones sobre la vida de los habitantes de las tierras descubiertas. Cuando Colón llega de regreso del primer viaje, es en casa de Berardi donde deja unos indios que venían enfermos por la larga travesía. Las relaciones de Colón y Vespucci continúan. El almirante había escogido a los florentinos como sus consejeros y en ellos había depositado su confianza. Berardi era un hombre de confianza de los reyes, al que ellos conocían. En 1485 le habían dado un salvoconducto en Córdoba y tres años antes otro en Sevilla.
Se dice que el primer viaje de Vespuccci es dudoso porque no aparecen datos sobre él. También que inventó la información. Sobre el primer viaje hay muchas dudas, pero si se busca bien quizás aparecen informaciones que dan prueba de ello en Sevilla, que era donde se anotaba el nombre de los viajeros a las Indias. Después del primer viaje de Colón se registró el nombre de todos los que iban en las expediciones en un registro especial en Sevilla. Cada barco tenía la obligación de llevar la tripulación que había inscrito, so pena de castigo. Se dice que Vespucci no sale de Sevilla hasta después de 1498, pero en el Archivo de India aparece, según el Indice Geobiográfico de más de 56 mil pobladores de la América hispánica I. 1493-1519. Ficha número 5237: Vespucci, Amerigo, n. Florencia 1452, gran astrónomo y geógrafo, de Italia a Esp. 1492, V Sev. exp a Ind. 1497, exploró costas de Venez y el Brasil, 3er viaje en una armada portuguesa al Brasil, 1501, descubrió de la Plata y Patagonia, vuelve a Esp. 03, 4to viaje '03-04' 1er piloto myr y v Sev. '08-12 fallece.
Éstos fueron los datos que fueron tomados del Archivo de India en Sevilla. La fecha de los viajes son: 1ro, el 10 de mayo de 1497 desde Cádiz. 2do. 16 de mayo de 1499 desde Cádiz. 3ro. 13 de mayo de 1502 desde Lisboa. 4to de mayo de 1503, Lisboa.
Vespucci tenía una costumbre y era escribir a sus más allegados amigos y familiares, donde les informaba todo lo referente a los viajes y su vida. La carta donde hace referencia al primer viaje es dirigida al Confaloniero Vitalicio de Florencia Piero Soderini, y así sucesivamente por carta informa a otras autoridades sobre lo acontecido en cada viaje y las nuevas tierras que se van descubriendo. Sus catyas son dadas a conocer por Europa en varios idiomas, pero es Fracanziode Montalboldo, el 3 de noviembre de 1507, quien en realidad sería el primero. Se hicieron nuevas versiones, los copistas agregaban cosas que no existían, pero de lo que sí podemos estar seguros, que fue la imaginación de aquellos que las publicaban, que cada vez agregan algo nuevo, lo que da Vespucci el mérito. De Colón nadie hablaba, su travesía por aquellos mares desconocidos había quedado en el olvido.
Pero es en el Monasterio de Sain Die, en el mismo corazón de Lorena, donde un grupo de hombres al estudiar aquellas cartas, deciden poner en la nueva Cosmografía en uno de sus márgenes estas líneas que han quedado para la historia del Nuevo Mundo: "Esta cuarta parte del mundo, por cuanto la descubrió Americus, sea permitido llamarle Amerige, o digamos tierra de Americi, es decir AMÉRICA". Quedaba bautizado el nuevo continente el 23 de abril de 1507. El 12 de octubre de 1492, se divisa tierra por tripulantes de Colón, que es el día del descubrimiento de nuestro continente.
Según los historiadores de aquella época, Vespucci había enviado al Duque René II de Lorena, la relación de su viaje, cosa que yo no creo. Las cartas la recibieron aquellos hombres en el monasterio, y ellos sólo lo que hicieron fue hacer como que el primero en recibir aquella información sería el Duque, pero nunca Vespucci se dirigió a él. El nombre de aquellos hombres que dieron los toques finales a la Cosmografía, fueron: Capellán Varurin Lud, Nicólas Lud, Jean Basin, Mathias Rigman y Martín Waldseemüller. Ellos fueron los que le dieron otro punto de vista a la información. En las cartas escritas por Vespucci de que se tiene conocimiento, él nunca quita los méritos a Colón. Su hijo Fernando que escribiría la vida de su padre, hubiera escrito algo sobre eso en su libro, y no lo hizo.
Vespucci al igual que Magallanes, fue injuriado y maldecido. Se les llamó traidores y farsantes, sus méritos no fueron reconocidos a través de los años. El Padre de las Casas y Herrera lo acusaron, diciendo que no era cierto lo del primer viaje y de haberle robado el honor a Colón, pero si analizamos eso, veremos como el rey de España nombra a Vespucci Piloto Mayor, el 22 de marzo de 1508, y se le califica de un hombre de claridad por sus conceptos y de gran visión. El 22 de febrero de 1512 muere Vespucci.
En la casa de Nicólas Lud, donde estaba la imprenta de Vautrin, se colocó un mármol en el año 1911, con la inscripción: "...aquí, bajo el reinado de René II, fue impresa el 25 de abril de 1507 la Cosmographir Introductio", donde se dio el nombre de AMÉRICA al Nuevo Mundo.".
Cuando la Segunda Guerra Mundial, cuenta Germán Arciniegas, las tropas alemanas se habían apoderado de la ciudad de Saint Die. El jefe Nazi pidió a los habitantes que se movieran fuera del centro de la ciudad a otro sector indicado. A una hora determinada la ciudad voló en pedazos, había sido minada. Siendo el primer edificio en volar donde había estado la imprenta que había impreso la Cosmografía y aparecía el nombre de AMÉRICA. Los nazis perdieron la guerra y AMÉRICA sigue INCÓLUME.
Vergara, Óleos al viso de la poesía.
Asociación Literaria Calíope, Madrid, España. 1998.
Comentario de René León.
Pedro Vergara nace en Chinchilla, Albacete, en 1954 y, desde muy niño, en 1954 y, siente fuerte afición por reproducir con trazos el mundo que le rodea. La mayor parte de su trabajo está centrada en el retrato, el resto de su obra por encargo va del bodegón hasta la caricatura, pasando por el paisaje. Ha participado en varias exposiciones individuales, donde ha sido ganador de premios. Es .considerado uno de los pintores del momento en España y Europa.
Vergara es un libro muy diferente a otros, pues cada pintura va acompañada de un poema de la conocida poetisa Eliana Onetti. Ella en el prólogo, nos dice:
"Hay Arte en los óleos de Vergara, que conjuga en su obra la solemnidad de Zurbarán con la elegancia de Chardin y la cuidada textura de Vermeer añadiendo su propia y conceptual visión de las cosas en una composición pictórica donde la simplicidad se magnifjca en luz y sombra, armónica y sencillamente combinadas".
Eliana Onetti, tiene en su descripción poética de 1os cuadros de Pedro Vergara, un estilo directo y comunicativo, donde expresa en pocos versos su visión de la pintura. Así, en "Pintar Un Cuadro":
"Los pintores son poetas que con el pincel
describen y riman con sus colores.
Son artísticos estetas.”
En los cuadros de Vergara, se encuentra la expresión pura y el sentido poético con que la. poetisa los describe. Donde las imágenes que nos deja el artista, sobresalen por su belleza y detalles Sobre él, dice Roberto Soto Santana, de la Asociación de Corresponsales de la Prensa Internacional (Madrid):
"Vergara, inscrito en la segunda corriente estilística, es una paleta con una capacidad creadora creciente, en plenitud de facultades y con amplia y variada temática inspiradora”.
El presentador de T.V.E y Director de " Otros Pueblos", Luis Pancorbo, al comentar sobre la pintura de Vergara, nos dice:
"Lejos de ser naturaleza muerta, los bodegones de Pedro Vergara se salen del marco. Es un pintor de relieve. No sólo por poner de relieve lo evidente, lo cotidiano. Ni siquiera por dar relieve, técnicamente, a la visión binocular del espectador de sus cuadros… Su pintura produce una impresión tridimensional a la sencilla desnudez del ojo humano".
En las pinturas de Vergara, encontramos instrumentos musicales, animales, bodegones, paisajes; todos ellos con gran realismo, y detalles; colores combinados con gusto, que dan vida a la obra del pintor.
Y entonces entra el verso de la poetisa Onetti:
"Soñé la luz.
La soñé misteriosa y opalina,
nebulosa y fugaz y transparente."
La poesía nos comunica el común lenguaje de la belleza y plasticidad de la pintura. Ella nos muestra un curioso lazo de ideas, que definen sus principios, donde añade con gracia y distinción sus ideas estéticas. En" ¿Cómo?", ella dice:
"Amo las piedras vetustas
y los portones oscuros;
amo los claustros desnudos
y las cúpulas augustas”.
Vergara, expresa en sus cuadros la realidad de lo que él ve a su alrededor e incambiable, “hechos desnudos" como decía Aristóteles, por el medio de una forma especial: armonía, color, naturaleza, las imágenes de lo creado. En "Mujer" Eliana Onetti dice:
"Perfuma abril de aromas sibaritas
las púberes turgencias de su carne
que se abre en rosa verde, rosa limpia,
con dulce excitación que escandaliza el aire”.
La poesía de ella busca una armonía en lo bello y excepcional de la pintura de Vergara. Su sentimiento, el desarrollo de su visión a medida que ella recorre desde la primera pintura hasta la última, y cede paso a la imaginación y atrapa el concepto de las imágenes del mundo de Vergara con su lenguaje poético.
Vergara es un libro de Arte de primera calidad, donde el pintor lleva “la fibra ferviente del Hombre en las reconditeces del alma como el néctar que se esconde en las profundidades del cáliz de la flor", nos dice Eliana Onetti en el prólogo.
Vergara, en la dedicatoria del libro, recuerda a aquellas personas que han confiado en él y en especial a su esposa, donde dice: " A Encarni, mi mujer: sosiego y apoyo en mi vida”.
MI AMIGO GINO: LA BOTA DE VINO
René León
He ido a pasar unos días de vacaciones a la bella ciudad de Charlotte, North Carolina, la "Ciudad Reina" del sur de los Estados Unidos, y como siempre he ido a visitar a mi gran amigo Gino Macchiavello.
Después de los abrazos efusivos nos fuimos a sentar en la terraza de su casa, grande y espaciosa. Sólo se oía el canto de los pájaros y las ardillas saltando de rama en rama en los árboles cercanos. Un fresco suave y ligero nos acariciaba. Empezamos a conversar del gran cambio de la ciudad y de las reuniones y tertulias literarias que se preparaban cuando yo estaba en ésa. Me dice con cara de tristeza que hacía falta que volviera para alegrar la vida de muchos hispanos. Hoy en día se dan bailes, y no mucha cultura.
Se fue al bar de la casa y trajo una bota de cuero llena de buen vino español. La cogió y se tomó un buen trago, me la pasó y me advirtió que no fuera a caer el vino sobre mi camisa; le dije que era un experto, de cuando vivía en España. Después de empinar la bota sobre nuestras bocas varias veces, nos pusimos a hablar de todo un poco.
Le decía yo a Gino que cuando vino Colón al descubrimiento del Nuevo Mundo, pues él nunca supo que había descubierto América, fue cuando por primera vez hizo entrada en la historia del Nuevo Mundo, la botija de vino. El agua y el poco vino que trajeron en el primer viaje se transportaba en ellas, de diferentes clases y tamaños. "Odres" y "Zaques", que eran de mayor tamaño, de cuero de buey, que se curtía. Pero en aquellos tiempos, la bota de vino se llamaba "botijo". Todas las expediciones que llegaron venían acompañadas de innumerables de ellas. Cuando empezó el descubrimiento, todas las expediciones salían con botijas personales y los "odres" que se llevaban en caballos o burros, o cargados por indios, o entre dos hombres que los introducían por la colgadera en un palo fuerte, y a caminar.
El trabajo del cuero en el siglo XV y XVI era muy importante en toda Europa y en especial en España. Había escuelas de artesanos del curtido que se especializaban en talabarterías, guarniciones, corregeros, boteros y pellejos. Pero la bota fue una de las más importantes, en toda casa española había una de ellas, llena de vino, que se envejecía. Había calles que tenían nombres relacionados con el oficio de aquellos que trabajaban el cuero. Como por ejemplo; la calle de pellería, de los talabarteros, y de los boteros. El que vaya a Toledo las podrá ver.
Sobre las costumbres de las botas, decía ese gran escritor español de la Generación del 98, Azorín: "Quedamos, pues, en que la bota es utensilio eminentemente nacional. Se encuentra, como en su propia casa, en mesones, paradores y ventas, y es llevada y traída en las barjuletas de los carros y en las seras y serones de los arrieros. Y aun la vemos por las calles de la propia capital de España". Pero eso lo dijo Azorín en los años cuarenta. Todo ha cambiado en España, los jóvenes no usan las botas, prefieren usar las botellas plásticas de agua y refresco; para ellos las botas han pasado de moda. Pero los viejos siguen con su costumbre, y los turistas cuando llegan de visita lo primero que hacen cuando van a una taberna, es pedir vino en una bota.
Gino ha ido a buscar unas lascas de jamón que su cuñada le trajo de Madrid, queso, pan y morcillas gallegas. La bota de vino, la dejamos sin vino. Nos sentimos felices. Las ardillas seguían saltando de árbol en árbol. Lucifer, el gato de Gino, las vigilaba, por si alguna perdía el equilibrio. Y recordé a Azorín , que en una visita a Toledo, en la puerta de una botería un botero estaba colocando una botana, y aparecía un letrero de una de las églogas que figuran en las Rimas de Tomé de Burguillo, y decía: "Con la bota buenos vamos./ Yo ya bebo: clo, clo, clo.."
José María Heredia y Heredia: El Poeta Mayor
Diferentes Comentarios. Por René León
José María Heredia y Heredia, nace en Santiago de Cuba, el 31 de diciembre del 1803 de padres dominicanos. Como su padre, fue magistrado. Viajó con él por Venezuela, México, Pensacola. En Cuba reside en Santiago de Cuba y La Habana. Se gradúa de bachiller en leyes en La Habana, pasa el grado de licenciatura ante la Audiencia de Puerto Príncipe (Camagüey), y empieza a ejercer de abogado en Matanzas.
Este año del 2003 se va a honrar en Cuba a Heredia. Se han preparado diferentes actividades para honrar a tal distinguido Poeta y Patriota. La casa donde nació ha sido reconstruida.
José Martí enalteció a Heredia el 30 de noviembre de 1889, en un discurso pronunciado en el Hardman Hall de Nueva York, donde dijo: "...que por su patria Heredia había querido él, por la patria mayor de nuestra América, que las repúblicas libres echaran los brazos al único pueblo de la familia emancipada que besaba aun los pies del dueño enfurecido: vaya, decía Heredia, la América libre a rescatar la isla que la naturaleza le puso de pórtico y guarda".
En el libro Proceso Histórico de las Letras Cubanas (1958), Madrid, Juan J. Remos dijo sobre José María Heredia y Heredia y su poesía: "En él cobró relieve su doble significación: la del poeta y la del patriota. Ha habido quienes han querido darle a su personalidad literaria un valor histórico; apreciándolo como el primer poeta romántico, por estimar, quienes así opinan, que hay calidades en sus versos, que le adelantan en el tiempo, a los que abrazaran ese credo artístico. Quizá han ido demasiado lejos los mantenedores de esta teoría, pues en Heredia, como en otros poetas de su tiempo (el mismo Bello, Quintana y otros) hay determinadas formas y no pocos alientos que descubren la posibilidad del fermento romántico; razón por la que se les contempla en un minuto de transición, entre el Neoclasicismo y el Romanticismo; por eso se les llama "prerrománticos".
Sobre Heredia, dice Orlando Gómez Gil, en Historia Crítica de la literatura Hispanoamericana,1968.USA: "Los temas de Heredia giran todos alrededor de sus grandes amores: la mujer, la patria, la libertad, la naturaleza americana, la gloria, la fama y Dios. La ausencia de ellos durante casi toda la vida del poeta produce esa nota tan característica de su obra que es la nostalgia. Respecto a sus poemas de amor hay que afirmar que Heredia no fue un gran poeta amatorio. Su capacidad para amar está en razón inversa a su inhabilidad para expresar ese sentimiento."
Raimundo Cabrera en su libro Cuba y sus Jueces La Habana, 1922, dice sobre Heredia: "...surgió el genio y el escritor clásico en José María Heredia, poeta desde los diez años, letrado y lingüista a los quince, abogado y periodista a los veinte, magistrado en México a los veinticinco; historiador, maestro, publicista y proscripto de la cara patria a los treinta y cinco..., época de su temprana muerte."
La Lic. María Isabel Hernández Cobas (Cuba) dice sobre Heredia: "¡Dulce Cuba! (...). Te hizo el cielo la flor de la tierra: así escribía a mediados del siglo XIX el joven José María Heredia y Heredia, el hombre que décadas más tarde se convertiría en el "poeta de la libertad" y es considerado como el "Primer Poeta Revolucionario". En su poema "La Estrella de Cuba" deja un hondo sentimiento de patriotismo y dolor, denuncia la feroz tiranía colonial en la que se encontraba nuestra Patria, es un canto ferviente a la necesaria libertad del hombre:
"Nos combate feroz tiranía
Con aleve traición conjurada.
Y la estrella de Cuba eclipsada
Para un siglo de horror queda ya."
Salvador Bueno, en su libro Figuras del Siglo XIX, Editorial Cubana, 1980, dice Heredia: "José María Heredia ha sido llamado con justicia "el poeta de la libertad" de Cuba y también "el cantor del Niágara". Con razón recibe esos apelativos exactos. Pero También fue un cabal poeta romántico, el "primogénito del romanticismo hispano" como lo tituló Manuel Pedro González. Y esa condición de romántico, más en su propia vida que en la extensión de su obra poética, explica sus actitudes, sus entusiasmos, sus fallas y declinaciones, el aliento emocionado de su existir."
Su vida se merece el reconocimiento de todos los cubanos, no sólo por haber sido un poeta de gran mérito, sino también por rebelarse contra el colonialismo español.
Con mi amigo Miguel de Varona Navarro:
Fata Morgana
Fui a visitar a mi gran amigo Miguel de Varona Navarro, poeta, escritor, crítico de teatro y periodista, que mantiene una gran actividad a sus 80 años. Nos pusimos a hablar de Cuba, como es natural entre cubanos. Hablamos de todo un poco, pero en especial del teatro, y de las compañías que visitaron a Cuba, antes de Castro. Me habló de una famosa transformista que fue al Teatro Principal de Camagüey, allá por el año de 1947. Estrella de excepcional personalidad en el mundo del arte teatral de esa época, su nombre de artista era Fata Morgana, su nombre verdadero Marión de la Rivera. Había nacido en el año de 1902 en Viena, la capital tan amada de Stefan Zweig, y fue allí donde actuó por primera vez el célebre Leopoldo Frégoli, quien fue el creador del género. Ella fue sin lugar a dudas su recreadora en grado superlativo.
Varona se va remontando a aquellos años, su esposa nos trae una buena taza de café estilo cubano. La tarde es fresca, afuera en la calle juegan unos niños, un señor ya mayor los vigila, medio dormido.
Varona me dice que ella fue una gran señora de la escena, aunque sin la excelsitud trágica de una Eleonora Duse o la pasión dramática de una Margarita Xirgu, el género a que ella se dedicó en cuerpo y espíritu era -o es, aunque creemos que ya no existe- de arte menor: el transformismo. Frégoli al verla actuar un día comprendió que ella también "era capaz de hacer todo lo que hacía él". Y desde sus primeras presentaciones, que fueron en Buenos Aires, su nombre fue Fata Morgana, aureolado por éxitos clamorosos, figurando en las carteleras de los principales teatros de América y Europa.
Sus últimas actuaciones fueron en Chile, según me dice Varona, a donde regresó en 1970 después de muchos años de ausencia. En ese país había conocido al hombre de su vida, Carlos de la Rivera, su esposo y autor de las obras que ella representaba.
Ahora, ya Fata Morgana ha hecho su último y definitivo mutis. Pero ni ella ni su deslumbrante labor escénica podrán ser olvidadas. Sobre su tumba perdurará un milagro de flores de todos los países que ella visitó llevando su mensaje de arte y cultura.
Varona, me dice: "Recuerdo que se hablaba de hacer una película sobre su vida, pero todo quedó en eso, en hacer".
Miguel de Varona Navarro ha recorrido varios países de América, de todos ellos tiene interesantes historias, lo mismo que del teatro en Cuba.
Hemos seguido hablando de poesía y de su juventud, allá en La Habana, de los años cuarenta, del Prado, del Teatro Martí, de La Comedia. Historias que vamos a ir trayendo a nuestras páginas. Nos despedimos, con la promesa de volvernos a ver.
René León
YARINI: El chulo de San Isidro
René León
Recuerdo que cuando era niño en la casa de mis padres, le decían a mi hermano Emilio (Yito), que era peor que Yarini, por lo mujeriego que era. Lo único que él no era "chulo" ni "guayabito" (hombre que vive de explotar a las mujeres públicas). Era muy enamorado. Y allí en la vieja casona oía los cuentos de los trabajadores del puerto de La Habana, y los "abacuás" del puerto que venían a pedirle un favor a mi padre, que era el presidente de la Federación Marítima de Cuba. Siempre me llamaron la atención las historias, y prestaba oídos a todas las que se hablaban, pero la de Yarini siempre me interesó.
El barrio de San Isidro, en La Habana, fue desde 1902 (por una disposición del último gobernador americano Leonardo Wood) convertido en el centro de la prostitución. Fue creado un Servicio Especial de Higiene y un Reglamento General, por el que los médicos debían vigilar la salud de las mujeres registradas. Como era natural, las prostitutas venían todos los meses a pasar un chequeo, y cuando tenían una enfermedad venérea eran enviadas a un hospital, otras veces le daban al médico una suma de dinero y todo se olvidaba. En el año de 1902 fueron detenidas 447 mujeres, entre las que había 190 negras, 172 mestizas y 85 blancas.
Pero hay que ver la situación de las mujeres en aquellos años después de terminada la guerra de Independencia. No había medios de trabajos, los únicos lugares eran las fábricas de tabaco, de lavanderas y de servicio en las casas. La falta de dinero hizo que muchas de ellas, engañadas por los chulos, fueran llevadas a trabajar de prostitutas en las accesorias de altos quicios y ventanas con barrotes, y en las puertas ofrecían el cuerpo para beneficio de los chulos cubanos y los "souteneurs" franceses. Según Dulcila Cañizares en su libro San Isidro, 1910. Alberto Yarini y su época, basado en investigaciones realizadas a través de los años y testimonios de vecinos de San Isidro en aquellos años y otros que lo conocieron personalmente, Yarini nace el 5 de febrero de 1882. Le pusieron por nombre Alberto Manuel Francisco en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Monserrate, en La Habana. Los padres eran don Cirilo José Aniceto, cirujano dentista, y Juana Emilia Ponce de León Ponce de León. Familia de nombre y alcurnia. En muchas familias siempre hay uno que es diferente a los otros, (la oveja negra). Fue el mimado de la madre, complacido en todo, y perdonado en las majaderías. Según Dulcila Cañizares:"Apasionado con las mujeres, bien vestido, elegante, derrochador del dinero, era lo que se puede decir un dandy, y algo muy importante era guapo, no rechazaba una pelea." "Y fue el Conquistador mientras ganaba el otro calificativo, el que más le gustaba y convenía. Hasta que él fue el rufián, el guayabito, el gigoló, el proxeneta, el "souteneur", el Chulo. El Rey de San Isidro".
En el barrio de San Isidro, había bastantes chulos cubanos y otros franceses, que se disputaban sus territorios, pero siempre evitaban las peleas por las mujeres y por el territorio. Al momento de la muerte de Yarini había registradas 529 prostitutas. Había en la zona un cine de películas pornográficas, teatro, salones de baile, bares y fondas. La policía trataba de mantener el orden. Muchas mujeres utilizaban otros nombres o apelativos. Se tatuaban, costumbre que vino de los chinos y de Francia. Así como flores tatuadas en los muslos y senos, corazones, y en el vientre, algunas mujeres del barrio llevaban las iniciales de MAY en alguna parte de su cuerpo.
Pero empecemos a detallar la muerte de Yarini. Louis Lotot era uno de los "souteneurs" franceses, y todos los años iba a su país a buscar carne nueva o "fresca" como se le llamaba. En 1909 trae de París a una mujer preciosa y escultural, Bertha Fontaine, de 21 años.
Lotot viaja a California en viaje de negocios y al regresar se entera que "Petite" Bertha, como era llamada, se le había ido con Yarini. Lotot toma aquello con tranquilidad, pero sus amigos lo empiezan a incitar de que hay que darle un tiro a Yarini, porque si no el negocio de ellos se vería afectado. Lotot siempre decía:"Vivir de las mujeres y no morirse de ellas".
El 19 de noviembre Yarini con dos de sus amigos va a la casa de Lotot en la calle de Desamparados y le pide la ropa de "Petite", y le entrega las pertenencias de ella. Según vecinos de la época, Yarini se despide riendo. Aquello llenó la copa de amargura de Lotot. Los otros "souteneurs" franceses empezaron a criticarlo por la calma con que había tomado aquello, y le decían que los otros chulos cubanos de baja categoría se burlaban de ellos.
A Lotot no le quedó más remedio que participar en el ataque a Yarini, con sus compañeros. Los amigos le advirtieron de las amenazas de los franceses que había contra él, pero él no se preocupaba por ello. Como todas las noches, El Rey de San Isidro, con su amigo José Basterrechea, hombre de confianza, salió a visitar las casas. Ambos iban armados. Dos de los amigos de Lotot se habían subido a la azotea de San Isidro 61. Lotot vestido con un traje carmelita y bombín iba acompañado de su amigo Petijean. Al salir Yarini y Basterrechea de la casa, frente a ella se encontraban los franceses. Lotot le grito a Yarini: "Te voy a rajar" y empezaron a disparar desde la azotea y en la calle. Lotot recibió un tiro mortal en la frente y otras dos heridas, su compañero escapó herido. Yarini fue herido de bala tres veces, pero una era mortal. Basterrechea fue detenido en la calle cuando huía.
En el Hospital de Emergencias, el doctor Freyre de Andrade pudo comprobar que no había salvación para Yarini. Como hombre que era y deseando que no le pasara nada a su amigo Basterrechea, en el Hospital le pide un papel al doctor Andrade y escribe: "De las tres heridas recibidas por el francés el único responsable soy yo. Se las di al sentirme herido". Firmaba, Alberto Yarini y Ponce de León. Había muerto El Rey de San Isidro.
Se puede decir que el duelo fue general en la ciudad de La Habana, miles de personas participaron en el entierro. Desde la casa familiar en Galiano entre Ánimas y Lagunas, el cortejo partía el 24 para el cementerio de Colón. Iban por las calles las personas en silencio, sus amigos llevaban el féretro. Algunos dicen que fue el presidente de la República, pero esto no es verdad. Fue enviado, en nombre de José Miguel Gómez, un representante. Por la calle de Carlos III fue llevado en hombros hasta el cementerio.
Al llegar, un numeroso grupo de "abacuás" despidieron a Yarini al compás de sus tambores y cantos de dolor; bailaron un "enyoro" y le dijeron adiós. La Policía Nacional mantuvo el orden. Antes de llegar al cementerio los "souteneurs" franceses en la calle de Zapata atacaron a los chulos cubanos en el entierro, y se batieron, saliendo varios heridos. La prostituta responsable de todo lo ocurrido que iba acompañando el entierro, "Petite" Bertha, fue herida en un seno de una puñalada. Así y todo llegó al cementerio. Su chulo había muerto.
Los chulos cubanos atacaron a los franceses en el entierro de Lotot, dejando un muerto y otros heridos. El juicio fue demorado por meses. Nunca apareció culpa ninguna para Basterrechea, quien se alejó de este tipo de vida y vino a vivir a Estados Unidos. Nunca más apareció un chulo que pudiera controlar San Isidro. Todos los años el 22 de noviembre grupos de mujeres, muchas de ellas casadas y de buenas familias, iban a depositar flores en la tumba de Yarini.
El 23 de octubre de 1913, por una orden presidencial, fue oficialmente suprimida la zona de tolerancia de San Isidro. Desde lo acaecido, había quien decía que veía la figura elegante de Alberto Yarini caminar por San Isidro acompañado de sus dos perros.
Minerva, noviembre de 2003