DULCINEA Y EL TOBOSO
“Se llamaba Aldonza Lorenzo y vivía en El Toboso y allí la encontró el hidalgo Don Quijote tras recorrer sus callejas en busca de su dama”.
Se dice que, de no existir tal lugar, Alonso Quijano lo hubiera inventado para honrar la alcurnia de su dama.
Pocos datos han llegado a nuestros días de su pasado medieval. Se sabe que los íberos habían levantado allí un asentamiento del que dejaron huella a la posteridad.
Se sabe que, tras la conquista de Toledo en 1085, Alfonso VI expulsó a los árabes de casi toda la provincia, aunque la tierra manchega continuó bajo dominio musulmán durante un siglo y medio más, hasta la victoria de los reyes cristianos en la crucial batalla de las Navas de Tolosa, en 1212.
Las Ordenes Militares en la guerra contra los reinos árabes realizaron la labor del repoblamiento de estas tierras, hecho que avala la teoría de que El Toboso estuvo bajo el dominio de la Orden de Santiago, realizándose algunas fortificaciones para defender el camino que comunicaba Toledo con Murcia.
El Toboso debe buena parte de su fama a la obra cervantina. Alberga entre sus calles y plazas monumentos de interés histórico-artístico, además de numerosos rincones llenos del encanto de las pequeñas villas manchegas, con su tradicional edificación de mampostería y tapial, y el refulgente blanqueado de sus muros.
Contando con estos datos acerca de El Toboso, vamos a empezar un recorrido por algunos de sus puntos de mayor interés, dando prioridad, desde luego, a:
Esta casa era conocida anteriormente como “Casa de la Torrecilla”. Perteneció a Doña Ana Martínez Zarco de Morales, a quien Cervantes inmortalizó con el nombre de Dulcinea (Dulce Ana).
La casa fue reconstruida en la década de los sesenta. Es una reproducción de un caserón manchego del siglo XVI con las dependencias de labor en la planta baja, huerto trasero, curioso palomar y dormitorios en la planta alta. Conserva mobiliario de la época de gran interés y sabor popular.
Aquí encontramos una interesante exposición de ediciones del “Quijote” en varios idiomas. Muchas de estas ediciones están dedicadas a la villa de El Toboso por diferentes políticos e intelectuales.
Entre estas ediciones destaca la primera edición del “Quijote” en euskera, otro escrito en caracteres celtas procedente de Irlanda. Hay otro manuscrito con ilustraciones y muchos más. Vale la pena visitar este lugar también.
LA IGLESIA PARROQUIAL
Su estilo pertenece a la última época del gótico y está dedicada a San Antonio Abad, que dicho sea de paso, es el Patrón de San Antonio de los Baños, en Cuba.
La planta de esta iglesia parroquial de El Toboso es cuadrada con tres naves iguales, y la bóveda de crucería, se apoya en grandes columnas cilíndricas. Se añadieron tres tramos en el siglo XVI: el altar mayor, los laterales y varias capillas. En la de los Hierros se conserva una imagen de San Agustín cuya cabeza, de madera policromada, pertenece a la escuela castellana del siglo XVII. Las portadas son renacentistas de finales del XVI. La torre es del mismo siglo y consta de tres cuerpos: el primero de estilo plateresco y los dos superiores de estilo herreriano.
EL CONVENTO DE LAS TRINITARIAS
Este edificio es de planta rectangular con dos alturas. Fue construido en el siglo XVII y restaurado en el XX. Su estilo herreriano impresiona por su sencillez y austeridad. La esbelta espadaña parece ser de construcción posterior. El frontal está partido en dos esbeltos torreones. Existe en el interior del convento un claustro central y una iglesia de estilo barroco, así como una valiosa colección de pinturas de la escuela española del siglo XVII.
EL CONVENTO DE FRANCISCANAS
Es una obra del siglo XVI, restaurada en el siglo XX, de estilo renacentista, de la que sólo se conserva la antigua portada de la iglesia.
En esta romántica glorieta vemos una escultura en bronce del ilustre toboseño de adopción Federico García Sanchiz, obra de Monjó.
Son restos del amurallamiento de la villa mandado construir por Don Pelayo Pérez Correa, Maestre de la Orden de Santiago en el siglo XIV.
EL POZO DE LA GASCONA
Es un abrevadero del siglo XVI. Tiene un brocal de cuatro ojos horadados en la piedra y sostenido por arcos de medio punto.
Es un abrevadero del siglo XVI. Su brocal es de piedra.
Son casas tradicionales manchegas. Tienen las fachadas de mampostería con sillar en esquina. Los patios son de planta cuadrada o rectangular adintelada con suelos de guijarro. Los corredores tienen columnas de madera o piedra. La época de la construcción de estas casas abarca los siglos XVI y XVII.
Por último debo mencionar el Colegio Público Cervantes cuya construcción es del año 1926. Su fachada es de sillería.
Esta visita a El Toboso fue muy interesante e ilustrativa. Tenía momentos en los que me parecía ver aparecer a Dulcinea acompañándome a todas partes para mostrarme mejor su querida tierra, la misma que recorrió con su ferviente enamorado Don Quijote.
Ma. Manuela Septién