Martí Poeta

 Darío Espina

    José Julián Martí y Pérez, el insigne cubano a quien todos conocemos por José Martí, nació en La Habana el 28 de enero de 1853. Fueron sus padres Don Mariano Martí, natural de Valencia, España, y Doña Leonor Pérez, de Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias. Aprendió las primeras letras en el colegio San Anacleto de Rafael Sixto Casado, donde conoció a su gran amigo de toda la vida Fermín Valdés Domínguez. Cuando el niño contaba nueve años de edad, su padre lo llevó con él al Hanábana, provincia de Matanzas. De entonces constan algunas cuartetas que escribió  y la primera carta que  dirigió a su madre  con algunos versos dedicados a ella. Allá, en el Hanábana, trabajaba el padre de capitán de partido o juez pedáneo.

    De regreso en La Habana, José Julián continuó sus estudios, esta vez en el colegio San Pablo que dirigía el poeta, escritor y patriota Rafael María Mendive. Mendive fue el guía de aquel adolescente que con el tiempo sería el Apóstol de la independencia cubana. Allí el niño aprendió a entender el dolor de los criollos. En un hogar español Martí empezó a sentirse cubano ante todo. El gran educador inculcó al adolescente los principios de dignidad, justicia, ternura y calor humano que forjaron desde entonces su entrañable patriotismo.

    La Guerra de los Diez Años estalló cuando Martí tenía 15 años de edad. No se hizo esperar su amor a la Patria: en un periódico que circulaba entre los estudiantes del Instituto, "El Siboney", publicó su poema "¡10 de octubre!", un soneto donde ya dejaba constancia inconfundible de sus ansias de libertad. (Se puede encontrar el texto íntegro de este soneto en nuestra sección "De la obra martiana").

    Por aquel entonces escribió una carta a un condiscípulo en la que lo denunciaba como apóstata por haber ingresado en el Cuerpo de Voluntarios de La Habana, carta que le valió un proceso militar por infidencia en el que fue sancionado a seis años de trabajo forzoso en las canteras de San Lázaro, en La Habana. Estando en presidio, escribió al dorso de un retrato que envió a la madre, donde él aparece rapado y sujero a una bola de hierro con un grillete, estos versos, sin rencor y sin odio:

Mírame, madre, y por tu amor no llores;

si esclavo de mi edad y mis doctrinas,

tu mártir corazón llené de espinas,

piensa que nacen entre espinas flores.

    Por gestiones de amigos de su padre lo trasladaron a la Isla de Pinos desde donde fue desterrado a España antes de cumplir un año de presidio. Estando en Madrid publicó un folleto intitulado "El presidio político en Cuba", donde relataba los horrores de las prisiones cubanas y las injusticias a que estaban sometidos los reclusos.

    Se matriculó en la Universidad de Madrid, y al propio tiempo que estudiaba, se ganaba la vida dando clases y asistía a peñas literarias, donde conoció a los intelectuales José Echegaray, Marcos Zapata, a los actores Antonio Calvo y Leopoldo Burón y muchos otros. De aquella época data también su ingreso en la masonería y su asistencia a las sesiones del Congreso donde escuchó frecuentemente a Emilio Castelar, a Práxedes Mateo Sagasta y a Antonio Cánovas del Castillo. En su insaciable sed de conocimientos, leyó en las bibliotecas las obras de Santa Teresa de Jesús, Miguel de Cervantes, Baltasar Gracián, Lope de Vega, Francisco de Quevedo y otros grandes intelectuales.

    En mayo de 1873, Martí y Fermín Valdés Domínguez fueron a residir a Zaragoza, en cuya Universidad continuaron sus estudios. Un año más tarde Martí se graduó en dos profesiones: Licenciatura en Derecho Civil y Canónico y Licenciatura en Filosofía y Letras..

    Habiendo ya caído la República Española, no interesaba a Martí continuar viviendo en aquel ambiente y decidió trasladarse a México, donde estaban sus padres. Desde Santander viajó a París donde conoció a Víctor Hugo, quien le encomendó la traducción al español de su libro "Mes Fils", tarea que cumplió brillantemente.

    Su independencia de criterio y su amor a la libertad se aprecian diáfanamente en el joven de 22 años cuando dijo, en la introducción a "Mes Fils":

    "En las estrecheces de una escuela yo no vivo. Ser es más que existir... no hay romanticismo ni hay clasicismo... yo no amo... sino esta abstracción, este misticismo, esta soberbia con que las almas son análogas, y los mundos series, y la vida vidas, y todo es universal y potente, y todo es grave y majestuoso, y todo es sencillo como la luz y alto y deslumbrante como el sol".

    En México se dedicó al periodismo con el seudónimo de "Orestes" e hizo crítica literaria que publicaba en "La Revista Universal" y en "El Federalista".

    He aquí un fragmento de su amplio poema "Mis padres duermen" escrito con motivo de la muerte de su hermana Mariana Matilde, que ocurrió el 6 de enero de 1875 -poco antes de la llegada de Martí a México- y que se publicó en la Revista Universal el 7 de marzo de 1875:

 

Mis padres duermen.

Mi hermana ha muerto.

 

Es hora de pensar. Pensar espanta,

cuando se tiene el alma en la garganta.

 

¡Oh, sueño de los pobres,

los ignorados héroes de la vida,

los que van sólo en la ruta sin medida.

Cielo negro, sol puesto, agua salobre!

¡Oh, sueño acongojado,

por el futuro mal interrumpido

por el presente mal sobresaltado!

Pues tu víctima soy, mi cuerpo toma;

allá se van los miembros al verdugo:

envilécelos tú, -tú me los doma,

y pues, cobarde al fin, acepto el yugo.

¡Sélo digno de mí, sélo tan fuerte

que llegue pronto, por tu peso hundido,

al más lejano yugo de la muerte!

 

   

    También de esta época, -29 de marzo de 1875- son estos serventesios de un poema que dedicó a Rosario de la Peña, con el título de "Rosario":

 

En ti pensaba yo, y en tus cabellos

que el mundo de la sombra envidiaría.

Y puse un punto de mi vida en ellos

y quise yo soñar que tú eras mía.

 

Ando yo por la tierra con los ojos

alzados -¡oh, mi afán!- a tanta altura,

que en ira altiva o míseros sonrojos

encendiólos la humana criatura..

 

Vivir: saber morir; así me aqueja

este infausto buscar, este bien fiero,

y todo el ser en mi alma se refleja,

y buscando sin fe, de fe me muero.

    En México publicó la comedia "Amor con amor se paga". Al estrenarse la obra, el papel principal estuvo a cargo de la mexicana Concha Padilla , de quien Martí se enamoró perdidamente, pero este incidente no pasó de ser amor platónico debido a la oposición de los padres de la artista.

    Con su gran amigo, Manuel Mercado, Martí fue a un baile en la capital donde encontraron a Carmen Zayas Bazán, bella camagüeyana que ya Martí había visto en el estreno de su comedia. Manuel le presentó en esta ocasión a la que habría de ser su esposa.

    En sus artículos periodísticos, Martí se mostró a favor de Lerdo de Tejada -Sebastián-  que fue Presidente de la República desde 1872 a 1876. Lerdo de Tejada fue derribado mediante golpe de estado  que encabezó Porfirio Díaz y Martí tuvo que abandonar el país rumbo a Guatemala. Allí encontró a su amigo y compatriota José María Izaguirre, con quien obtuvo el cargo de profesor de la Escuela Normal. Aquí se distinguió como orador y colaboró en la Revista de la Escuela.

    En Guatemala conoció a María García Granados, hija del ex presidente de aquel país, general Miguel García Granados. Aunque la joven se enamoró de Martí, no llegaron a establecer un compromiso serio, pues ya el profesor había dado palabra de matrimonio a Carmen Zayas Bazán, con quien casó -en México- el 20 de diciembre de 1877. En enero del año siguiente regresaron los dos a Guatemala y unos días más tarde murió María, probablemente a causa de un resfriado común. Cuando Martí escribió los Versos sencillos en 1889 -publicados en 1891- dedicó el poema IX a este episodio sentimental de su vida.

    La composición consta de nueve estrofas que consisten en cuartetas. Las impares -1,3,5,7 y 9- exteriorizan el sentimiento del poeta; las pares -2,4, y 6- son objetivas y describen el entierro. Además, las impares siempre terminan con la frase "murió de amor". Transcribimos a continuación las dos primeras cuartetas:

 

Quiero a la sombra de un ala

contar este cuento en flor:

la niña de Guatemala,

la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos

y las orlas de reseda

y de jazmín: la enterramos

en una caja de seda.

 

    Debido a razones personales y políticas, Martí renunció a su cargo y decidió viajar a La Habana, con su esposa, en agosto de 1878. En Cuba se había terminado la Guerra de los Diez Años con el Pacto del Zanjón, y se pretendía sustituir el concepto independencia por el de liberalismo autónomo. Se integraron a la sazón dos partidos políticos: el Liberal y la Unión Constitucional. Reinaba en la capital cubana un ambiente político extraño y confuso. La Audiencia de La Habana le denegó permiso para ejercer la profesión de abogado porque aún no disponía del título académico correspondiente; sin embargo, trabajó en varios bufetes jurídicos; fue profesor en centros de enseñanza media y mantuvo intensa actividad literaria. El 12 de noviembre del mismo año 1878 nació el único hijo del matrimonio: José Francisco, "ese hijo mío a quien no hemos de llamar José, sino Ismael", dijo Martí al referirse a su poemario Ismaelillo.

    Las promesas contenidas en el Pacto del Zanjón no se cumplieron y empezó de nuevo el descontento de los patriotas que habían luchado en la guerra recién terminada, y de los criollos separatistas en general. Entre los escépticos por las reformas ofrecidas estaba José Martí, quien empezó actividades conspiratorias con varios de sus amigos. En una ocasión, con motivo de un homenaje a un periodista, dijo Martí: "El hombre que clama vale más que el hombre que suplica; los derechos no se piden,  se toman; se arrancan, no se mendigan". Hasta los déspotas gustan más del lenguaje sincero y enérgico que de la tímida y vacilante tentativa". En otro discurso que pronunció, cuando era Secretario del Liceo de Guanabacoa, en honor de un violinista, Martí se refirió a los episodios de la Guerra Grande, en presencia del Capitán General. El gobernante ordenó, en represalia, la cancelación del permiso dado a Martí para ser profesor.

    Se organizó en La Habana -secretamente- una Junta General Revolucionaria, de la que Martí fue su presidente. El movimiento rebelde, con la colaboración de un comité que funcionaba en Nueva York -del que Martí era su delegado en La Habana- promovió en el Oriente de la Isla un levantamiento, el 25 de agosto de 1879, que se conoce con el nombre de Guerra Chiquita y que duró menos de un año.

    Martí fue sometido a prisión en septiembre de aquel año y acusado de delito de infidencia. Se le conminó a que manifestara adhesión a España, insinuación que rehusó el patriota. Esta vez no lo procesaron como antes, pero fue deportado inmediatamente a la Metrópoli. Su mujer y su hijo quedaron en Cuba. En diciembre del mismo año escapó a Francia, y a principios de 1880 se radicó en Nueva York donde inició de inmediato actividades conspiratorias al par de las periodísticas -colaboró en La Hora y El Sol-. Carmen y el niño volvieron a reunirse con Martí en aquella ciudad; sin embargo, esta reunión duró poco tiempo: sin la venia de su esposo, Carmen regresó con su criatura a Cuba y nunca más volvió a verlos Martí.

    A principios de 1881, Martí viajó para instalarse en Caracas. En el lapso de casi seis meses que duró su estada en aquella ciudad enseñó literatura en dos colegios y colaboró en La Opinión Nacional. Allí fundó y dirigió la Revista Venezolana de la que sólo se editaron dos números. Asimismo, inició su colaboración en La Nación de Buenos Aires, que duró hasta 1892. Por razones políticas, el dictador venezolano Antonio Guzmán Blanco exigió que Martí marchara al extranjero. A fines de julio de 1881 partió hacia Nueva York, donde residió definitivamente hasta que viajó para iniciar la Guerra de Independencia cubana. Allá murió "de cara al sol" en el combate de Dos Ríos el 19 de mayo de 1895.

Darío Espina Pérez (†)

 

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